En el mes de mayo de 1939, durante la postrimería de la Gran
Depresión, hizo su primera aparición –en las páginas de Detective Comics número
27- el superhéroe conocido como The Bat-man.
Erigido hoy en día como uno de los más populares personajes
de ficción –comparado por muchos estudiosos con Sherlock Holmes- y
visitado incansablemente por el radio, la televisión, el cine y el internet, ha
sido sujeto de las más variadas interpretaciones. Tercera víctima y único
sobreviviente de un doble homicidio, nacido del horror y modelado por la
pérdida y la disciplina, el detective enmascarado posee un especial significado en
una época donde el crimen se ha convertido en parte de nuestra cotidianeidad.
El héroe es una figura especialmente apreciada en todas las
culturas. Desde la mitología clásica hasta la tradición histórica, los héroes han
sido fuente de inspiración para la gente de todas las épocas. Se vuelven espacialmente relevantes en este momento pues exaltan los valores más luminosos
del ser humano: la lealtad, la entrega, la compasión, el sacrificio y, sobre
todo, la sed de justicia.
Disciplinas como el Derecho Penal, la Victimología, la
Criminalística y la Psicología Forense pueden ofrecernos una lectura para
nuestros días de este popular héroe y su universo. Hoy vuelve a ser notable
gracias a Batman: El Caballero de la
Noche asciende (2012), la tercera entrega y conclusión de la saga iniciada
por Christopher Nolan, una cinta que
ha generado las opiniones más polarizadas. Pero sin importar lo que se diga de
ella, la dimensión del personaje impera. Porque Batman es incorruptible,
imperecedero.
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