viernes, 3 de agosto de 2012

Lo que vendrá.


En el mes de mayo de 1939, durante la postrimería de la Gran Depresión, hizo su primera aparición –en las páginas de Detective Comics número 27- el superhéroe conocido como The Bat-man.
Erigido hoy en día como uno de los más populares personajes de ficción –comparado por muchos estudiosos con Sherlock Holmes- y visitado incansablemente por el radio, la televisión, el cine y el internet, ha sido sujeto de las más variadas interpretaciones. Tercera víctima y único sobreviviente de un doble homicidio, nacido del horror y modelado por la pérdida y la disciplina, el detective enmascarado posee un especial significado en una época donde el crimen se ha convertido en parte de nuestra cotidianeidad.
El héroe es una figura especialmente apreciada en todas las culturas. Desde la mitología clásica hasta la tradición histórica, los héroes han sido fuente de inspiración para la gente de todas las épocas. Se vuelven espacialmente relevantes en este momento pues exaltan los valores más luminosos del ser humano: la lealtad, la entrega, la compasión, el sacrificio y, sobre todo, la sed de justicia.
Disciplinas como el Derecho Penal, la Victimología, la Criminalística y la Psicología Forense pueden ofrecernos una lectura para nuestros días de este popular héroe y su universo. Hoy vuelve a ser notable gracias a Batman: El Caballero de la Noche asciende (2012), la tercera entrega y conclusión de la saga iniciada por Christopher Nolan, una cinta que ha generado las opiniones más polarizadas. Pero sin importar lo que se diga de ella, la dimensión del personaje impera. Porque Batman es incorruptible, imperecedero.

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