Un escándalo similar al de Gilles de Rais giró en torno a la condesa húngara Erzsebet Báthory (1560-1614), quien fue juzgada en 1611 por haber secuestrado y torturado hasta la muerte a un sin número de jóvenes mujeres que vivían en las villas aledañas al castillo Csejthe, ubicado en lo alto de las montañas en una región de Hungría cercana a los Cárpatos.
De acuerdo a las crónicas de la época el número de aldeanas muertas oscila entre las 80 y las 300, aunque la cantidad exacta tal vez nunca la sepamos. La Báthory tenía la extraña costumbre de beber la sangre de sus víctimas y de bañarse en el vital líquido para mantenerse bella y joven tanto como fuera posible.
Antes de embarcarse en su terrible carrera, Báthory era la flamante esposa del Conde Ferencz Nadasdy, un guerrero reconocido por su valentía. Mientras su marido se encontraba en campaña, la Báthory combatía el aburrimiento estudiando magia negra. Con la ayuda de Thorko, un sirviente que se convirtió en su hombre de confianza, comenzó a secuestrar y a torturar a las campesinas. Tras la muerte de su esposo en el año 1600, Báthory se dedicó de lleno a sus depravadas actividades, ayudada por Thorko, su enfermera Ilona Joo, su mayordomo Johannes Ujvary y su hechicera Darvula.
Por más de una década las desapariciones continuaron, y los rumores de que Báthory se encontraba detrás de todo comenzaron a propagarse. En 30 de diciembre de 1610 en Conde Gyogy Thurso, primo de Báthory, condujo a un destacamento de soldados y policías al castillo Csejthe donde descubrieron la orgía de sangre que se desarrollaba en el lugar. Encontraron docenas de cadáveres y algunas prisioneras vivas en los calabozos.
Los cómplices de Báthory fueron ejecutados en la hoguera o por decapitación, mientras su sangre real la salvó de la pena capital –su tío abuelo Esteban Báthory combatió al lado del mismísimo Vlad Drácula-. Fue condenada a permanecer cautiva en una habitación sin puertas ni ventanas en su propio castillo, donde murió el 21 de agosto de 1614, lanzando gritos incoherentes y espeluznantes.
La Báthory ha sido ligada al tema vampírico no sólo por sus hábitos sanguinarios, su condición nobiliaria o su procedencia rumana. Muchos aseguran que es descendiente, en línea directa, del famosísimo y ya mencionado Voivoda Drácula. De este parentesco se han valido novelistas como Jeanne Kalogridis –con su serie Covenant with the vampire- y más recientemente Dacre Stoker e Ian Holt con su secuela de Drácula. A propósito…
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