martes, 12 de enero de 2010

Puritanismo holmesiano

Pueden llamarme puritano, pero la idea de Sherlock Holmes como héroe de acción me parecía arriesgada e inapropiada, a pesar que Arthur Conan Doyle nos ofreciera certeza de sus dotes con la espada y atisbos de sus conocimientos en boxeo y artes marciales. Después de ver el espectáculo dirigido por Guy Ritchie puedo confesar que mis reservas eran infundadas. Sherlock Holmes (2009) es grandiosa, el salto de este personaje al nuevo milenio y su presentación a las nuevas generaciones.
Es cierto que no es el Holmes al que estamos acostumbrados, el que inmortalizara a Basil Rathbone o interpretara venturosamente Jeremy Brett. Los antecedentes que explican el enfoque que el director británico dio al detective más célebre son obvios: Ritchie es un eficaz artesano a quien debemos pequeñas joyas del llamado cine neo noir como Juegos, trampas y dos armas humeantes, Snatch y Revólver. Su estilo vertiginoso, pleno de cámaras lentas, flashforwards, flashbacks, dotan a la historia de una personalidad atractiva.
El guión de Lionel Wingram, Simon Kinberg, Michael Robert Johnson y Anthony Peckham toma numerosas situaciones, diálogos (“Datos, datos, datos. No puedo hacer ladrillos sin arcilla”) y personajes (Mary Morstan, Irene Adler y el infaltable Inspector Lestrade) que conocimos en las 4 novelas y los 56 cuentos escritos por Conan Doyle. Su eficaz puesta en escena, la impecable recreación de época con todo y un Puente de Londres en construcción, la partitura de Hans Zimmer y, sobre todo, sus actuaciones convierten a la película en el presagio de un venturoso 2010 (al menos en lo fílmico).
Su elenco, Jude Law, Rachel McAddams, Kelly Reilly y Mark Strong, es más que competente. También su protagonista, Robert Downey, Jr. Contradictoriamente es él, pese a su incuestionable talento interpretativo, el único aspecto que puedo recriminar a la película. Downey es estadounidense. Y repito, pueden llamarme puritano. No es un prejuicio hacia los actores de esta nacionalidad, pero creo que hay personajes que deben ser interpretados por británicos. Así sucedió con los actores que han dado vida a James Bond y con el elenco completo de la serie Harry Potter. Los mencionados Rathbone, Brett y Peter Cushig, algunos de los Holmes más memorables, eran ingleses. Lo vuelvo a decir, es una opinión puritana. También reconozco que no imagino a actor británico alguno capaz de llenar sus zapatos y las expectativas de una cinta de tan grande presupuesto.
El desenlace de la película, que incluye la promesa de un nuevo y conocido enemigo y me emocionó tanto como el final de Batman inicia (Nolan, 2005) es en realidad el comienzo de una franquicia a la que deseo una larga vida. Dondequiera que se encuentre, Arthur Conan Doyle debe sonreír satisfecho al comprobar la perdurabilidad de su creación.

4 comentarios:

  1. Aun no tengo el gusto de ver este film, no obstante que tambien me guardaba mis prejuicios, tras leer esto sólo me ha provocado ganas de verla jajaja

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  2. Es la primera vez que escribo aquí y me agrada hacerlo en esta entrada. Vi la película y en verdad quedé con un buen sabor de boca. Aunque Downey no es inglés en verdad, a mi parecer, hace un buen papel; aunque siempre me ha gustado la actuación de éste actor. A mi parecer muchos que no han leído los libros sobre Holmes, y me incluyo, estarán interesados en hacerlo ahora. Independientemente de lo demás éste filme será parte de mi videoteca personal.
    Un gran saludo para Roberto Coria y mis mejores deseos hoy y siempre.

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  3. Yo soy una fiel seguidora de las novelas y cuentos de Conan Doyle interpretados por Shuerlok Holmes. No he visto la película porque los cortos muestran a un Holmes que no tiene relación con los cuentos. Me gustaría que comentara, algun otro lectos asiduo de Holmes su opinión de la película.

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  4. ¿Qué te parece Hugh Laurie (Dr. House)?
    La vi ayer y todavía no sé qué pensar. Después de grandes cintas como Juegos, trampas y dos armas humeantes y Snatch, siento que la calidad de Ritchie decayó y se volvió predecible. Aún así, moría por verla para ver si podía con el reto de presentarnos una cinta dinámica sin recurrir a peleas y persecuciones. Pero recurrió a lo que mejor sabe hacer: golpes, persecuciones, vueltas de tuerca, humor y diálogos inteligentes. Aunque en los dos últimos puntos nos quedó a deber. En general es una película muy bien hecha que te deja el gusanito de que pudo haber sido mejor.

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