jueves, 3 de marzo de 2011

Mina

Lo recuerdo nítidamente, como si hubiera sido ayer. Fue hace casi 4 años. Te vi en el patio de la que se convertía en mi casa. Mis nuevos vecinitos bromearon inmediatamente. “Se escapó el Chester”, gritaron todos. Al acercarme comprobé que no era él. Era una perrita de la calle, con los rasgos predominantes de un Golden reriever, aunque su carita chata evocaba a un Rottweiller. Estaba muy desnutrida, sedienta y maltrecha. Me siguió. No pudimos –ni quise- cerrarle la puerta. Entró junto a mí y nuestros animalitos la recibieron sin recelo alguno. Había encontrado una casa, un hogar, corazones dispuestos a amarla. Casi instintivamente la nombré como uno de los personajes literarios que más aprecio, Mina, “una mujer que tiene la mente de un hombre, virtuosa, independiente, valerosa”, como la calificaba su creador. Una sobreviviente. Lo comprobó el veterinario que la estabilizó. “Esta perrita no habría vivido una semana más en la intemperie”. Con cuidados y mucho amor recuperó peso y, eventualmente, la felicidad. Su origen siempre será un misterio para nosotros. Pero eso no importa. Correspondió todos nuestros cuidados con la pureza de su mirada, su sonrisa y su patita siempre dispuesta a saludar. Un perrito de la calle es la criatura más agradecida, más leal.
Iluminabas a todo el que conocías, Mina. Recuerdo a aquella señora que detuvo su camino, te sonrió tiernamente y nos preguntó si sabíamos todo lo que le habías transmitido, o a nuestra pequeña vecina que te abrazaba tan sólo verte y nos pedía que le tomáramos fotos contigo. Ayer dejaste de vivir materialmente. Tu partida nos llena de dolor, uno que nunca había conocido. Luchaste hasta el último momento, con el buen ánimo y la fortaleza que te caracterizaban. Siete veces más que otros perros, como nos dijeron tus doctores. Pronto aprenderemos a convivir con tu ausencia física. Tu recuerdo es más poderoso que el pesar. Estoy seguro que nos encontraremos nuevamente. Te recibieron Bobby y Kikina, tus papás, tus hermanos, algunos amiguitos que te acompañaron en tu vagar en la calle y no tuvieron tanta suerte, y tantos rostros amables que, sin haberte conocido, advierten con anticipación la blancura de tu esencia. Para ti el tiempo que transcurra hasta nuestro encuentro será un suspiro. “Ahora el tiempo te pertenece”, dijo con certeza mi amigo Vicente. Ahora estás en todas partes, Mina.

El poeta George Gordon, sexto Barón de Byron, escribió un epitafio en la tumba de su perro Boatswain. Su contenido se ajusta perfectamente al espíritu de nuestra amada Mina, la perita más sensacional, y a estos momentos amargos. Mina nos envía fuerzas para seguir adelante.

Aquí reposan
los restos de una criatura
que fue bella sin vanidad
fuerte sin insolencia,
valiente sin ferocidad
y tuvo todas las virtudes del hombre
y ninguno de sus defectos.

9 comentarios:

  1. ¡Oooh! Roberto no sabes cuanto lo siento, el amor incondicional de una mascota es infinito y ellos son los únicos seres capaces de perdonar y seguir amando. Seguro q Mina no olvidará los años de felicidad que compartió contigo y tu familia. Vuestras caricias, mimos y amor que le habeis impartido durante años no caeran en el olvido y Mina desde el cielo estará con vosotros. Continuará viva entre los que la amásteis en fotografias y recuerdos compartidos.
    Mucho ánimo y fuerza para continuar adelante. Besukos fuertes.
    Blanca M. Ruzo (Madrid, España)

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  2. guau, qué lindo es ver cuando alguien quiere así a sus mascotas y yo sufrí igual una pérdida hace apenas unos meses de mi hermosa Honey, una labrador más que hermosa, noble y realmente amorosa, ahí tengo sus cenizas justo donde paso casi todo el tiempo cuando estoy en casa, se que me acompaña y se que ella sabe que la amo y a Mina, le decimos desde ahora: hasta la vuelta en la forma que sea. Besos Mina y ya nos veremos todos algún día... de nuevo!

    Saludos Roberto...

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  3. Mil gracias, queridos Blanca y Óscar, desde el fondo de mi corazón. Sus palabras son un oasis en medio de este dolor. Prometemos, ante Mina y ustedes, que triunfarán sólo los buenos recuerdos, que trascienden cualquier ausencia física. Mi cariño imperecedero para ustedes.

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  4. Qué triste! hace dos meses rescaté a un perrito callejero que ahora amo con todo mi corazón, no quiero imaginarme lo doloroso que debe ser perderlo.

    Saludos

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  5. Un pésame
    un hasta luego
    y una sonrisa a Mina y a ti
    Piel de gallina y una lagrima alegre al ver tanto amor a una criatura que así lo amerita
    En hora buena Roberto!!
    Ya nos esperan del otro lado, se van cuando así lo ven pertinente, cuando han dejado la marca correspondiente, para abrir paso a quien lo necesite y para dejar huella indeleble

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  6. Es ironico como con el pasar del tiempo (y las distancias) se puede uno identificar con lo relaitvo a tus hobbies, amigos, etc, y puedes ir creando un vinculo más a esta relación que nos acontece.....
    Los 2 hemos perdido un gran amigo en comun, y los 2 hemos perdido un gran compañero...
    Entiendo tu sentir.... y espero que los recuerdos puedan hacer que regresen esos grandes y buenos momentos que hemos ccompartido con ellos... los cuales vinieron a enseñarnos algo...
    Llevemoslos siempre en nuestra mente y en nuestros corazones..... que alli es donde viven con nosotros. Y donde siempre les podremos aprender algo mas....
    Y como decia nuestro amigo: "Cuidese Robertitooooooo...." te mando un gran y sincero abrazo.
    Albertitoooooo

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  7. Dicen por ahí que a nuestras mascotas, debido a la convivencia diaria, se les transfiere un poco del alma de sus dueños. Por eso, cuando se nos mueren, también morimos un poco. Un abrazo solidario, Roberto.

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  8. Gracias de verdad a todos, amigos, con toda la sinceridad que poseo. Llegamos hace un rato de cremar a Mina. Regresó a casa. Hubiéramos querido que fuera atada a su correa, pero finalmente volvió a donde pertenece, a su hogar. Les envío a todos un abrazo.

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  9. Por causas desconocidas, llegue a este blog y a esta nota.
    Sé muy bien lo que se siente perder un amiga como Mina: yo perdí primero a Zaammys quien escapó de casa y luego a Pinky, quien enfermo terriblemente. Por desgracia no me pude despedir de ninguno... creo que eso es lo que más me duele.
    Si,los perritos rescatados son los más agradecidos, Pinky era una de ellas y fue la pooddle más tierna e incondicional. Sé que fue feliz los años que estuvo con nosotros. Zaamys también lo fue durante diez años. Mi mamá dice que fue a morir a otro lado... realmente quiero creer eso.
    Gracias por compartir estas palabras pues siempre es muy grato encontrar a alguien que ame a los animales.
    Un abrazo solidario!

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