lunes, 7 de junio de 2010

Los niños de hoy y el cine

Nos encontramos en la cuenta regresiva al inicio del mundial de futbol. Karl Marx pensaba que este deporte, junto con la religión, es el opio de los pueblos. Mientras tanto vayamos a lo nuestro. Algunas películas para niños no son ya del estilo de mis más entrañables recuerdos infantiles. Acabo de ver dos que me significaban grandes pendientes: Donde viven los monstruos (Were the wild things are, 2009) y El fantástico señor Zorro (The fantastic Mr. Fox, 2009), dirigidas por Spike Jonz y Wes Anderson, dos jóvenes cineastas norteamericanos, atípicos, irreverentes, que no serían la primera opción de un gran estudio para adaptar memorables relatos infantiles para la pantalla grande.
Vayamos por partes, como el descuartizador. A Jonz debemos interesantes cintas como ¿Quieres ser John Malkovich? (1999) y El ladrón de orquídeas (2002). En ambas demuestra su buen oficio y predilección por historias poco convencionales. Donde viven lo monstruos narra las andanzas de Max (Max Records), un niño de 8 años que persigue a su perro y comete todo tipo de estropicios enfundado en un inocente disfraz de lobo. Su indisciplina se desprende del divorcio de sus padres, del desapego de su hermana y del intento de su madre (Catherine Keener) por rehacer su vida sentimental. Tras un exabrupto, huye de casa y se embarca a una tierra imaginaria, un mundo de evasión habitado por enormes monstruos –de aspecto salvaje pero enternecedor- de quienes se autoproclama rey. El más problemático de ellos, Carol, puede interpretarse como una especie de alter ego del infante: rebelde sin causa, peleado con sus semejantes y muy propenso a la destrucción. Con él y los otros monstruos entabla una relación que le permite aceptar su situación y reconciliarse con la vida. La película, que evita en exceso los sentimentalismos y lugares comunes, se erige como un relato de paz recuperada con una buena rebanada de pastel de chocolate como broche de oro. Los monstruos son personas disfrazadas con enormes botargas –tipo Dr. Simi- con rostros animados por computadora y partes animatrónicas, con voces –en inglés- de actores como James Gandolfini –alias Tony Soprano-, Catherine O´Hara –la madre excéntrica en Beetlejuice-, Forest Withaker y Cris Cooper –el doblaje en español no es tan malo-. La cinta, escrita por el propio Jonze y Dave Eggers, es una tardía adaptación del libro homónimo de Maurice Sendak, quien funge como coproductor. En el año de su publicación, 1963, el divorcio era algo poco común en la sociedad –por innumerables razones-, motivo inminente de marginalidad. Hoy es algo cotidiano. En un grupo de primaria promedio, el raro es el niño cuyos padres están felizmente casados. Tal vez de ello se desprende el tono poco emotivo de la cinta, que creo es su mayor defecto como película infantil. Pasajes increíblemente sentimentales –como el aullido colectivo de despedida- pasan casi desapercibidos.
Caso similar es El fantástico señor Zorro, adaptación del libro del escritor estadounidense Roald Dahl, quien recibe su crédito en el mismo inicio de la cinta. A la imaginación del señor Dahl debemos historias que han sido llevadas a la televisión y el cine, como el episodio Cordero para cenar de Alfred Hitchcock presenta, Las brujas (Nicolas Roeg, 1990, cuyo remake viene en camino) y Charlie y la fábrica de chocolate (Tim Burton, 2005). A partir de un guión de Noah Baumbach, Wes Anderson nos narra la historia del señor Zorro del título, un ladrón de pichones aparentemente reformado por la paternidad con voz de George Clooney. Está felizmente casado con la señora Zorro (voz de Meryl Streep), tienen un hijo con problemas de crecimiento (voz de Jason Schwartzman), escribe una columna en el diario local y vive en la casa-árbol de sus sueños. Pero algo hierve oculto en su pecho pues es, en sus propias palabras, “un animal salvaje”. Por ello urde un plan para robar –con ayuda de su amigo zarigüeya- tres granjas locales. Esto desata la ira de los propietarios de los ranchos, quienes emprenden una aparatosa cruzada para exterminar a los culpables. El señor Zorro pone así en juego su integridad, la de su familia y la de su comunidad entera. Anderson, a quien debemos divertidas y extrañas cintas como Rushmore (1998), Los excéntricos Tenebaums (2001), La vida acuática con Steve Zissou (2004) y Viaje a Darjeeling (2007), ejecuta a la perfección la más tradicional de las técnicas de animación, el stop motion –en el mejor homenaje al trabajo de la productora Rankin/Bass-, pero por alguna razón el relato, con todo y lo vistoso de sus personajes y escenarios, no logra enganchar. O quién sabe. Tal vez estos cineastas tienen en cuenta el cambio de ánimo de los nuevos espectadores, el nuevo cine que merecen. Tal vez yo soy el anticuado. ¿Ustedes qué piensan?

6 comentarios:

  1. Ambas se me hicieron magníficas y creo que sí son lo suficientemente emotivas. Visualmente son espectaculares; la música es excelente. Ambas me engancharon y me transportaron a mi cada vez más lejana infancia.

    ResponderEliminar
  2. pffff... era un disfraz de lobo?? siempre pense q era un conejo cola larga.. tsssssssss.

    ResponderEliminar
  3. Personalmente creo que tanto The Fantastic Mr. Fox y Where the wild things are?, son piezas fantásticas y muy emotivas. A mi me encantaron y creo que Alicia in Wonderlands es peor que Charlie y la fábrica de chocolates.

    sangre!!

    ResponderEliminar
  4. Sus comentarios me han intrigado, amigos. Las veré nuevamente. Aclaro, me gustaron pero no me fascinaron. Y sí, se supone que su diafraz es de lobo, aunque usted no lo crea... Saludos a todos.

    ResponderEliminar
  5. Where the wild things are podría ser una buena película si al final definieran a que tipo de publico va dirigida. Ya que para niños esta muy cruda y para adultos esta muy infantil. Solo hay un pequeño circulo para esta película y al final se pierde la intención del libro.

    Con todo respeto para el señor Anderson The Fantastic Mr. Fox es su peor película, sin un arco argumenta bueno y llena de hoyos en los personajes cayendo en el cliché de películas mas comerciales donde aparecen todos los estereotipos recurrentes y chistes simples. Lo mejor de la película es la animación, lo peor! el final totalmente absurdo! todo lo contrario que fue el libro.

    ResponderEliminar
  6. Una correción que espero que no tomes a mal. El apellido de Spike se escribe, en realidad, 'Jonze'. Sólo eso. Excelente blog, por cierto. Apenas lo estoy conociendo y ya lo agregué a mi Reader de Google. Saludos.

    ResponderEliminar