Regreso a ti, adorado blog–e igualmente
queridos lectores- luego de casi un mes de ausencia. Y lo hago con un tema muy
en deuda con mi reciente experiencia tapatía.
Son muchos los aciertos de la no
suficientemente difundida reelaboración de Maniac (2012), tercer largometraje
del francés Franck Khalfoun. Primeramente
cuenta con un respetuoso e inteligente guión de Alexandre Aja, Grégory
Levasseur y C.A. Rosenberg, que
parte de la película de culto del mismo nombre, dirigida en 1980 por William Lustig y escrita y protagonizada
por Joe Spinell, joya prohibida en
los estantes de los videoclubes de mi niñez. Ahora el papel del asesino serial Frank
Zito es heredado por Elijah Wood,
cuya cara de niño bueno es diametralmente opuesta a la de su antecesor Spinell.
Esa es una cualidad que los realizadores aprovecharon muy bien, tal como lo
anticipó Alfred Hitchcock al elegir
a Anthony Perkins para interpretar
al desquiciado Norman Bates en 1960 –ya saben en dónde-. El monstruo más
terrible es el que se parece a nosotros, el que vive en la puerta de al lado, el
que no da motivos para desconfiar de sus intenciones. Al menos así sucedió a
muchas de las víctimas de Ted Bundy
o Jeffrey Dahmer, con nefastos
resultados. Pero las de ellos son otras historias de horror que he tratado en
otros espacios.
Bajo su máscara de sanidad, Zito
esconde un pasado perturbador revelado a través de los ojos del homicida: la
cinta –casi en su totalidad- se nos presenta en cámara subjetiva. La propositiva puesta en escena permite que los
espectadores calcen los zapatos del criminal. Sólo vemos a Elijah cuando camina
frente a ventanales, en espejos retrovisores u otras superficies reflejantes,
lo cual es un alarde de técnica narrativa del cinefotógrafo Maxime Alexandre, cuyo estilo apreciamos
desde su cartel promocional. Luego está la lóbrega partitura del músico francés
Robin Coudert, quien firma sus obras
simplemente como Rob. Todo adereza a
la perfección secuencias sanguinolentas, que no escatiman en mostrar a nuestro “héroe”
ejerciendo su oficio: rebanar gargantas y escalpar a inocentes damiselas.
Pero lo mejor, insisto, es Wood, con su
aspecto casi frágil, inocente y bondadoso que acotó desde muy temprana edad en su
debut fílmico e ineludiblemente relacionamos con su Frodo Bolzón en la
trilogía El Señor de los Anillos (Peter
Jackson, 2001-2003) pese a que ya lo vimos como el sádico Kevin
en La
ciudad del pecado (Robert
Rodríguez y Frank Miller, 2005).
Ya desde ahí demostró que podía dar miedo.
https://www.youtube.com/watch?v=XobHupqgNu4 se llaman los misfits probablemente ya los conozcas pero si no, no entiendo porque, pues esta banda es epica y conocida como la creadora del "horror punk" con canciones ochenteras como "forbiden zone", i tuned into a martian, sathurday night, shinning, living dead, es genial y es de 1974.
ResponderEliminarConozco a los Misfits, Jesús. Son grandiosos. Gracias por pasar por aquí. Un abrazo.
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