Los filmes de Christopher Nolan tienen que ver con la obsesión, los recuerdos, el sueño, la memoria y los actos fallidos.
Así lo muestran sus extraordinarias primeras obras: Doodlebug o Following, seguidas por Amnesia, Insomnia, El gran truco, Batman inicia y El caballero de la noche, una obra maestra que parecía insuperable.
Y es que con El origen (Inception, 2010) Nolan se encuentra a la altura de aquella y consigue una película suma de sus temas y paranoias.
Mezcla de sombrío thriller de robos corporativos y drama freudiano de ciencia ficción con endemoniadas secuencias de acción y un ritmo de vértigo, El origen es, sobre todo, un inquietante y posmoderno relato de cine negro que sucede en un profundo nivel del subconsciente.
Nolan, obsesionado con el pasado al igual que sus personajes, saca partido de esa suerte de subgénero policial noir cuyas historias exudaban fatalidad y desesperanza en universos urbanos y claustrofóbicos tendientes al crimen y la violencia, con antihéroes derrotados moralmente.
Todo esto en medio de un complejo orden del tiempo para crear ansiedad a través de una narración romántica donde imperan los recuerdos.
En la historia Dom Coff (Di Caprio) es experto en el arte de extraer los secretos del subconsciente durante el sueño, lo que lo convierte en un ladrón del espionaje corporativo.
Pero a la vez lo condena a huir y abandonar a sus pequeños hijos, acusado de la muerte de su esposa Mal (Marion Cotillard).
Ahí se entrecruzan cintas excepcionales con manejo complejo de las ideas del sueño, la memoria y el poder de la imaginación: El ciudadano Kane, Terciopelo azul, El año pasado en Marienbad, 12 monos, Amnesia, La sangre de Romeo, Matrix, e incluso episodios notables de La dimensión desconocida.
El origen es un asombroso reto a las estructuras espacio-temporales, a la física y gravedad. Una compleja obra de arte en efectos especiales, escritura dramática, diseño de producción y banda sonora. Una inmersión a otro mundo narrativo y emocional y una profunda historia de amor, obsesión, culpa y redención.
Es también un guiño al potencial del subconsciente, al impacto hipnótico del sueño y del cine mismo (la secuencia de la camioneta cayendo del puente). A partir de Inception el cine tendrá que cambiar.
Lo bueno del duelo económico que mencionas, es que nos pudimos dar cuenta de que hay más opciones. Me gustó el Cinemark de Reforma 222 (no lo conocía)y el estacionamiento es muy barato: $10/hr.
ResponderEliminarLa película es excelente. Pero ya he leído varias reseñas y ninguna menciona la influencia "borgiana" que el propio Nolan acepta.
Imperdible.
Lo malo es que me queda muy lejos de casa, Miguel. El Cinemark más cercano es el de Pedregal, y el estacionamiento es muy pequeño y carísimo. Contra mis deseos, el Cinépolis de Ajusco sigue siendo mi mejor opción. Las primeras dos horas de estacionamiento son gratuitas. En fin. Un mal necesario. Correré mañana a ver Inception. Ya la comentaremos. Saludos!
ResponderEliminarEntonces somos vecinos, Roberto. Yo vivo en Jardines del Ajusco. ¡Todo nos queda lejos! Saludos.
ResponderEliminar