No puedo disimularlo. La espera me consume. Ya quiero que sea 20 de julio de 2012. La fecha caerá en viernes. Ese día estaré en el cine, seguramente en una función de medianoche, rodeado de otros fanáticos que comparten mi ansiedad por ver Batman: el Caballero de la Noche asciende (The dark Knight rises), la tercera entrega y conclusión de la saga que comenzara el talentosísimo Christopher Nolan con Batman inicia (2005) y siguiera en Batman, el Caballero de la Noche (2007). Acudiré con la completa convicción de que el cineasta romperá la infame fortuna de otras terceras partes basadas en personajes de historietas. Ahora el enemigo a vencer será Bane, personaje de identidad desconocida creado en 1993 por Chuck Dixon, Doug Moench y Graham Nolan. Su incursión en la historia del héroe obedeció a la necesidad de enfrentarlo a un nuevo rival, a un riesgo que significara un aumento en el interés de sus seguidores (con las consecuentes ganancias materiales para DC Comics). Bane es hijo de un guerrillero, oriundo del ficticio país caribeño de Santa Prisca. Creció –sobrevivió- en el brutal ambiente de la Prisión de Peña Dura, donde se desarrolló física e intelectualmente. Esto lo volvió elegible para la experimentación con una droga llamada Venom, una suerte de esteroide que aumentaba dramáticamete su fortaleza y ferocidad. No es extraño que Nolan lo haya elegido para cerrar su trilogía. Bane no sólo posee un dilema no resuelto con la figura de autoridad –su padre- sino representa todo lo que sería Batman de no haber contado con un protector sustituto y una fortuna económica. El villano será interpretado por Tom Hardy, a quien conocimos en La caída del Halcón Negro (Ridley Scott, 2001), RocknRolla (Guy Ritchie, 2008) y en El origen (Nolan, 2010). Su caracterización dista del enorme y musculoso sujeto enmascarado –muy semejante a un luchador de la AAA- que las historietas, las caricaturas y los videojuegos han popularizado. También del gigantón sin cerebro que encarnara Michael Reid MacKay en la muy terrible Batman y Robin (Joel Schumacher, 1997). Los hermanos Nolan -Christopher y Jonathan- , como ya nos han enseñado, apuestan por guiones realistas y este caso no será distinto. Los avances nos muestran a un Bane de estatura normal, a rape –como un miembro de la Hermandad Aria-, que usa una media máscara y una chamarra con forro de borrego que comete un espectacular acto terrorista en un estadio de fútbol. Creo que éste –el terrorismo- y la anarquía en un orden aparentemente idílico serán los ejes de una película que promete mucho. Cuando un barbado Bruce Wayne (Chistian Bale) pregunta qué quiere decir el cántico que escucha, recibe por respuesta una orden que todos los gobiernos temen: “levántense”. A esto hay que añadir la presencia de Anne Hathaway que interpretará a Selina Kyle/Gatúbela, quien le susurra al oído: “viene una tormenta”. Ahora la parte más difícil. A esperar.
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