sábado, 31 de diciembre de 2011

Retrato de un vampiro

Juan Francisco López Moctezuma nació el mismo año que se estrenara la inolvidable película protagonizada por Bela Lugosi (Drácula, 1931, Tod Browning). Abandonó el mundo físico hace poco más de 15 años, en circunstancias que contrastaban con el lujo y comodidades que conoció en vida. En su faceta de Mr. Hyde fue un actor, escritor, productor y director de cine que no tuvo un justo reconocimiento en su época. Como Dr. Jekyll, fue conductor de noticieros, corresponsal en el extranjero, locutor de radio y melómano irredento. En mi adolescencia lo escuchaba como conductor del programa radial Jazz en la noche con Juan López Moctezuma de la desaparecida estación Rock 101. Su voz áspera y seductora todavía resuena en mi memoria. Muchos lo recuerdan como un loco. “Pero un loco maravilloso”, complementan habitualmente. No es difícil contradecir esto si observamos los cinco largometrajes que dirigió. El más famoso de ellos, sin duda, es Alucarda, la hija de las tinieblas (1978), esa joya protagonizada por Tina Romero, Susana Kamini, Claudio Brook y David Silva, entre muchos otros. Me aventuro a asegurar que junto con El vampiro (Fernando Méndez, 1957) y La invención de Cronos (Guillermo del Toro, 1993), es una de las mejores cintas de vampiros del cine nacional. No porque trate de la forma más conocida de estos seres. Su guión, escrito por Alexis Arroyo y el propio López Moctezuma, utiliza elementos de la novela Carmilla de Joseph Sheridan Le Fanu así como imaginería del Marqués de Sade y Edgar Allan Poe. La mujer como representante del mal, la religión y sus extremos, rituales orgiásticos y los significados de la sangre están presentes en una historia cautivadora, llena de imágenes oníricas y perturbadoras.
Estos datos anecdóticos son útiles para disfrutar mejor el estupendo documental Alucardos, retrato de un vampiro (2010) de Ulises Guzmán, que pude por fin ver ayer en la Cineteca Nacional de esta ciudad, en una sala casi llena. En su metraje las historias de Manolo y Lalo, dos jóvenes marcados por la marginalidad, el infortunio y  la cinta más recordada de López Moctezuma, se entrelazan con la del cineasta (interpretado por Juan Carlos Colombo) en la recta final de su vida, la cual conocemos a través de los testimonios de personas cercanas a él: sus deudos (hijas y hermano), el imprescindible Carlos Monsiváis, el crítico de cine Mauricio Matamoros, el guionista Arroyo, el director de teatro Eduardo Ruiz Saviñón, miembros de su crew (como el hombre marcado permanentemente por las obsesiones del autor) y Tina Romero, la mismísima Alucarda. Todo salpicado de momentos delirantes –similares a los que vimos en la filmografía de López Moctezuma- como esa procesión en que se venera al motor del documental, la mujer desnuda que cabalga en el abandonado cine Ópera y presente en muchos momentos del relato, la expedición en busca del sitio donde se filmara la cinta original o las incontables recreaciones –muchas animadas-, todos ejecutados con pulcritud y eficacia. La cruzada de Manolo y Lalo –la de Ulises Guzmán- no es otra que la de todos los que admiramos y defendemos al género y sus artífices. Todos nos sentimos identificados con un actor –o actriz-, un director –o directora- o una película. Todos somos Alucardos.
La cinta ha merecido el reconocimiento de la crítica internacional y múltiples galardones. Pero el mejor premio –y objetivo de Guzmán- es presentar a este realizador a una nueva generación de espectadores. Y va por buen camino. Dos jóvenes diletantes del género, alumnos y amigos míos, viajaron desde Puebla para asistir a la proyección y regresaron a casa con la intención de descubrir la cinta que propició la fascinación de tantas personas.
Gracias, Ulises Guzmán, por traer de nuevo a la vida a Juan López Moctezuma con tanta fortuna. Tu pasión, la que has contagiado a muchos cinéfilos, mantendrá con vida a este divino vampiro.
A todos ustedes, fieles lectores de este espacio, gracias por acompañarme en el agonizante 2011. Que el año que llegará en unas horas sólo nos depare cosas buenas. Mi abrazo y mejores deseos. 

2 comentarios:

  1. Estupendo como siempre mi estimado Roberto y seguiremos en la ruta para hacer del 2012 un año muy robusto y a gusto.

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  2. Oye, Roberto, pues estaría padrísimo un programa sobre el personaje, ¿eh? Te lo encargo mucho.

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