En el verano de 2007 asistí entusiasmado al estreno de El hombre araña 3, la nueva película de Sam Raimi en la que había depositado mis más altas expectativas. Ello porque su cinta previa (El hombre araña 2, 2004) es maravillosa. No sólo cuenta con un inteligente guión de Alvin Sargent –a partir de una historia de Alfred Gough, Miles Millar y Michael Chabon- pleno de momentos trepidantes y emotivos (el héroe reconocido tras arriesgar su vida para salvar a los inocentes en el metro), un villano eficiente –Alfred Molina como el Dr. Pulpo-, reflexiones muy afortunadas (“todo el mundo ama a los héroes”, “no moriré como un monstruo”) y un desenlace prometedor (“ve por ellos, Tigre”). Pero todo se disipó desde los primeros momentos la tercera entrega. Y la culpa es de la historia, el cimiento de toda película. Siempre he creído que buenas actuaciones –porque Thomas Haden Church como El hombre de arena fue una gran elección-, una buena puesta en escena y efectos especiales deslumbrantes no compensan a un guión débil, lleno de defectos y momentos absurdos. El libreto de los hermanos Raimi (Ivan y Sam) y Alvin Sargent asesinó a la gallina de los huevos de oro, pues fue responsable de que Columbia pictures decidiera reiniciar la franquicia, como lo veremos en unos meses. En mi experiencia reciente, a los únicos hermanos que les ha funcionado escribir a cuatro manos es a los Nolan (Christopher y Jonathan). Precisamente estos últimos tendrán la responsabilidad de romper el fatal destino de las terceras partes de los filmes de superhéroes en El caballero oscuro asciende, el verano de este 2012. Porque Superman 3 (Richard Lester, 1983) y Batman eternamente (Joel Schumacher, 1995) son pésimas, y Hombres X 3, la batalla final (Brett Rattner, 2006) me dejó mucho a deber. Pero regresando a la tercera aventura del arácnido, la programan frecuentemente en la televisión de paga y el otro día decidí darle otra oportunidad. Por eso escribo estas líneas. Acabé nuevamente decepcionado y confirmé plenamente mi sentir. No obstante tiene muchos momentos dignos de reconocerle, más allá de su premisa (“disculpe usted, han pasado varios años, pero quien creíamos que asesinó a su tío no lo mató en realidad”), la escena del omellete entre Harry (James Franco) y Mary Jane (Kirsten Dunst), la inclusión forzada de Gwen Stacy (Bryce Dallas Howard) y su papá (James Cromwell), el fleco de Peter Parker (Tobey McGuire) para resaltar que es malo, el bailecito para provocar celos, el combate en relevos entre los técnicos (el Araña y el Duende Jr.) y los rudos (Venom y el Arenero) y su cobertura mediática en vivo, o el antagonista transportado por el viento al ser aliviado por el perdón, todos insoportables. Entre esos aspectos positivos están:
1. Tras su transformación en el malvado Hombre de arena, Flint Marko recupera su forma humana al principio trabajosamente, luego con resolución gracias al poderoso recuerdo de su hija. La escena es bella, con una cámara que se desplaza desde lo más íntimo de su nueva forma, apoyada de la partitura de Deborah Lurie.
2. Entre 1982 y 1988, tras los eventos –en los cómics- denominados Guerras secretas, el héroe comenzó a vestir un disfraz negro. En su momento pensé que se trataba de una estrategia mercadológica para renovar su imagen, pero sus guionistas tenían motivos poderosos detrás: el traje era en realidad un ente alienígeno que poco a poco se apoderaba de la voluntad de su portador y lo arrastraba, como al adicto, a la oscuridad. Con ayuda de Los 4 fantásticos, el héroe se libraba de su victimario. En la cinta de Raimi no requirió del auxilio de sus colegas, pues descubrió que las vibraciones del tañer de la campana de una iglesia surtía el efecto deseado. Pero lo importante: las secuencias en que Peter lucha por librarse del disfraz son estupendas, todas cortesía de los gráficos computarizados.
3. Topher Grace como el malvado Eddie Brock, Jr./Venom no fue una mala elección, pese a que su complexión estaba muy alejada de su musculoso par de las historietas. El villano aquí es el opuesto de Peter Parker, incluso se le parece físicamente. Es el Araña desde el otro lado del espejo. Lo único malo fueron sus colmillos, tal vez incluidos para denotar que era muy malo.
Pese a todo, no puedo reprimir una pregunta: ¿cómo pudo, Mr. Raimi?
De Dr. Lecter:
ResponderEliminarSaludos Roberto Coria! Primero que nada, déjame expresar mis felicitaciones a tan interesante blog que manejas. Los escritos que haz publicado aquí (y que he tenido tiempo de leer) me han inducido a adentrarme en los confines de los relatos y el cine de horror que en algunas ocasiones desconocía. Gracias por compartir tanto conocimiento en el campo del cine y la literatura.
Ahora bien, lo que me motivo a escribir en esta ocasión es a dar unos cuantos puntos más, a favor de la tercera entrega de Spiderman. Mi intensión no es convencerte o tratar de cambiar tu opinión respecto a esta película, es más bien aportar un poco en este tema. Por tanto, expongo lo siguiente:
1. La solución del meteorito, que trae con este al alien-venom, tal vez se entendió como una salida fácil, sin embargo, respeta en gran medida, el origen real del traje, que es su procedencia interestelar.
2. La manifestación del lado oscuro de Peter Parker con su fleco, bailecito y actitud (no me agradó tampoco) pero fue una forma de mostrar las secuelas del daño que estaba ocasionando el traje. En el comic, esto se manifestaba en una actitud más despiadada en sus actividades heróicas que se acercaban más a intentos de homicidio. Supongo que en este caso, se enfocó a manifestar su cambio de personalidad en su vida personal que en su vida de vigilante.
3. La batalla final, me recordó más al climax del famosísimo anime "Akira", con un ente descomunal y una pelea trasmitida en vivo por televisión. Si bien es un recurso muy gastado, es algo que casi siempre aparece en las batallas de superseres, recordemos que en los comics, los superhéroes y sus actividades siempre son elementos de enfoque en los medios de comunicación. Las sagas como "Guerra Civil (Civil War)" de Marvel fue un evento que, dentro de su contexto, se generó a partir de un evento transmitido por tv y finalizado, de la misma manera.
El mundo de los superheroes es tan basto que una saga de 3 películas no alcanzaría para contar bien la vida y obra de un personaje al cien por ciento. Y en estos casos, el paso del papel a la pantalla grande, estará siempre influido por diversos intereses tanto económicos como artísticos. Y a nosotros como consumidores nos quedará el disfrutar o rechazar estas adaptaciones.
Completamente de acuerdo contigo, distinguido colega (por eso de que somos Doctores, jeje). Me faltó reconocer la solución de meteorito, útil a todas luces para evadir la complejidad del cómic. Porque la buena película del tema es la que traslada eficazmente todo el imaginario del mundo de los superhéroes al nuestro, y en este prisma de realidad ese tipo de situaciones puede ser difícil de asimilar. Por lo que respecta a la conversión del arácnido al lado oscuro, todo el planteamiento me pareció previsible y falto de originalidad, cuando pudieron ser más apropiadas las acciones del adicto a las drogas, o esa mayor severidad en sus acciones heroicas. Es muy cierto: eso de adaptar cómics al cine (con éxito) es muy difícil. Gracias por tu tiempo y pasar por esta tu casa. Te mando un abrazo enorme.
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