Hagamos una pequeña pausa para hablar del mayor de
todos los horrores, el de la vida real. “Sin duda, una de las parejas más
insólitas de la historia del crimen ha sido la formada por ese latin
lover de origen español y aquella obesa mujer, que se convertiría en su activa
amante y cómplice en una larga serie de asesinatos y chantajes, estafando a
viudas y otras mujeres solitarias, como la propia Martha Beck, quien pasó de víctima social y madre abnegada a sádico
verdugo femenino”, nos recuerda Rafael
Aviña en su ya inconseguible libro Asesinos seriales, de la nota roja a la
pantalla grade (Times editores, 1996). Cuando el autor habla de “ese latin lover” se refiere a Raymond
Martínez Fernández, media naranja de Martha. Ambos lograron notoriedad gracias
a sus infames acciones. Y parte de esta trascendencia la consiguieron con ayuda
del séptimo arte.
Pensé en ellos ayer que me topé en la televisión con
Amores
asesinos (Lonely hearts, Todd
Robinson, 2006), una cinta sencilla y sin pretensiones que tiene la
emotividad de ser escrita y dirigida por el nieto del hombre que capturó a la
pareja. Incluso la dedica a la memoria de su padre Edward Robbison (Dan Byrd), quien aparece siendo un niño en la historia. En un largo flashback que
inicia en la Prisión de Sing Sing el
8 de marzo de 1951, fecha en que ambos criminales fueron ejecutados en la silla
eléctrica, la voz en off del
detective Charles Hilderbrandt (James
Gandolfini) nos narra los eventos que les condujeron a ese momento. Su
compañero, el condecorado detective Elmer Robinson (John Travolta), sufre el suicidio de su esposa y se embarca –en parte
para exorcizar demonios personales- en
la cacería de un estafador llamado Raymond Fernández (Jared Leto) y su compañera sentimental Martha
Beck (Salma Hayek), ambos convertidos eventualmente en asesinos.
La idea de Robinson no era nueva. Ya Leonard Kastle llevó al cine las
terribles aventuras de la pareja en 1970 en Amantes sanguinarios (The Honeymoon
Killers), una cinta con “un reparto de actores desconocidos, un
presupuesto ínfimo, un enfoque realista, casi documental, con locaciones en
varios de los sitios originales y una escueta fotografía en blanco y negro” –continúa
Aviña- factores que la convirtieron en un clásico instantáneo del cine de serie
B. Francois Truffaut la consideraba
su película estadounidense favorita. No se si la versión del 2006 le hubiera
encantado. Primeramente porque la imagen repelente de la Martha Beck original fue
sustituida por la deseable figura de la Hayek, enfundada en vestidos ajustados
como las femmes fatales de los cuarentas, todo en aras de comercializar
con los atributos de la actriz y su propia vanidad. Me hubiera encantado verla
transformada físicamente como lo hizo la sudafricana Charlize Theron en Monster (Patty Jenkins, 2006). Pero ella
hace algunas preguntas inquietantes a su antagonista: “¿Alguna vez alguien lo
ha amado tanto, detective, y ha sido capaz de matar o morir por usted?”.
Luego que Robinson
y su equipo finalmente atraparan a los malvados, éste busca pistas entre sus
pertenencias. En ese momento repara en un triciclo que se encuentra a unos
metros; luego en su caja, que se encuentra entre los objetos empacados por la
pareja para su escapatoria. El detective la abre y se encuentra con su terrible
contenido, que el espectador nunca ve pero adivina, lo que le arranca un
genuino lamento y lo obliga a apartarse un instante, para caer de rodillas en
el campo. Esto le permitió posteriormente arrancar a Beck una confesión, con argumentos demoledores: “mi vida es una
interminable cloaca de personas como usted. En algunos años olvidaré su nombre.
Sólo será un caso cerrado y archivado. Ahora tiene la oportunidad de hacer algo
bueno. No es mucho pedir considerado lo que ha hecho. Será lo último que hará
en su triste y patética vida”.
Me emociona saber que esta entrada la leerá el visitante
número 100,000 de este blog.
Agradezco a todos el tiempo que me han regalado y sus valiosas aportaciones.
Nos veremos en unos días, pues hay horror para rato.
Me recordaron a los Starkweather (Charles y Caril Ann Fugate) creo q también se hicieron algunas películas de ellos no? de esas sus aventurillas... jo jo!
ResponderEliminar..."en su ya inconseguible libro Asesinos seriales, de la nota roja a la pantalla grade"... Dices muy bien inconseguible, no crees que siendo tu amigo pueda ofrecernos algunos ejemplares para los interesados, que yo creo somos muchos, jojojo, obvio no tiene que ser de a gratis , jojojo , Saludos y Felicidades por tus 100 000 Horrorizados, Brindemos a su Salud Dr. Coria
ResponderEliminarJSH