Los
primeros días de este año hablé de la grata sorpresa que me causó Batman: el regreso del Caballero Nocturno,
parte 1 (Jay Oliva, 2012), película animada –lanzada directamente al
video- basada en la emblemática novela gráfica que Frank Miller nos ofreció –por entregas- en 1986. Casi
inmediatamente pregunté a sus distribuidores –por la magia del Twitter-
cuándo estaría a la venta su segunda parte y conclusión. Me respondieron que en
el mes de marzo. Sin esperarlo, el otro día que visité mi videoclub de
confianza –Blockbuster domina el
mercado, así que no me molestaré en ocultar su nombre- la vi, reluciente, en el
mostrador. La idea de dividir el relato en dos partes, comercial a primera
vista, tiene mucho sentido en aras de respetar todos los acontecimientos que
describe.
Batman: el regreso del
Caballero Nocturno, parte 2 (Jay Oliva, 2013) es estupenda, una digna conclusión que supera a su
predecesora. No sólo es más fiel al estilo de su fuente original, sino que hace
añadidos mínimos que refuerzan la acción, como el Guasón y esa taza de café
previa a la matanza en el talk-show
nocturno, la persecución en el parque de diversiones y, sobre todo, el combate
climático entre dos colosos, opuestos perfectos si consideramos que uno es hijo
del sol y el otro de la noche. Casi todos conocen la novela, así que no corro
el riesgo de estropeársela a muchos. Cuando el aparentemente retirado Batman
regresa a la actividad, el Gobierno de los Estados Unidos y su presidente que
se parece mucho a Ronald Reagan
piden a su servidor más poderoso que “lo vuelva a meter al redil”. El que Superman
se haya vuelto un vasallo del Imperio no es difícil de digerir. De hecho lo ha
sido en muchas formas desde su creación en 1938. El duelo, magnificado, me
emocionó tanto como la primera vez que lo atestigüé. Los pensamientos del
héroe, plasmados en didascalias en su fuente primaria, se convierten en
diálogos muy afortunados. Y aunque reproduje en mi entrada anterior el mejor,
lo repito porque es mi favorito: “Quiero que recuerdes, en los años por venir, en tus momentos más íntimos, mi
mano en tu garganta. Quiero que recuerdes al único hombre que te derrotó”.
Acabo de
enterarme que en unos días la exhibidora Cinemex,
de forma limitada, proyectará el díptico para deleite de los fans de Batman,
que somos muchos. Será un éxito. Lo comprueban sus localidades agotadas. No pierdo la esperanza de que, en un futuro, Warner Bros. tome
la decisión de hacerla en live action.
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