En
distintos espacios he declarado mi fascinación por Psicosis, la obra maestra
que Alfred Hitchcock dirigió en 1960 a partir de un guión de
Joseph Stefano y de la estupenda
novela de Robert Bloch, estelarizada
por un ensamble actoral preciso: Janet
Leigh, Vera Miles, John Gavin, Martin Balsam y, sobre todos, su soberbio estelar
Anthony Perkins que personifica al
desquiciado Norman Bates, figura fundadora de los asesinos slasher.
Todos los elogios que pueda dedicarle son pocos. Sobre los detalles de su
filmación, con pretexto de su 50 aniversario, dimos cuenta en la versión podcast de Horroris causa. Muy recomendable es la lectura de Alfred
Hitchcock and the making of Psycho (St. Martin's Griffin, 1990) de Stephen Rebello, libro que
recientemente fue la base del biopic Hitchcock (Sacha Gervasi, 2012). Pero no nos distraigamos. La figura del
protagonista de Psicosis, pese a ser
completamente diferente según lo imaginó Bloch, está indeleblemente ligada a la
cándida y encantadora presencia de Perkins, cosa que el Mago del Suspenso
utilizó intencionalmente en su favor para desconcertar a la audiencia. Norman Bates ha demostrado tener muchas
vidas en el cine, la televisión y el imaginario popular. Hoy hablaré de una más
de ellas.
Bates motel, la nueva serie desarrollada para
la televisión estadounidense por Carlton Cuse, Kerry Ehrin y Anthony Cipriano,
se desprende directamente de la cinta de Hitchock. En algún punto entre la precuela y el reboot nos presenta de una muy buena manera los años formativos del
adolescente Norman Bates (Freddie Highmore) y su relación con
madre Norma (Vera Farmiga).
Al primero lo conocimos como un tierno niño en Descubriendo el país de Nunca
Jamás (Marc Foster, 2004) y Charlie
y la fábrica de chocolate (Tim
Burton, 2005); a Farmiga como una víctima checa en 15 minutos (John Herzfeld, 2001) o como la
psicóloga de Los infiltrados (Martin
Scorsese, 2006). La pareja responde una pregunta que si bien Bloch aclaró
en la parte final de su novela no deja de ser inquietante: ¿cómo inició todo?
Tras la muerte de su padre, Norman y
su madre emigran en busca de un nuevo comienzo en el pueblo ficticio de White Pine Bay, Oregon (a diferencia del Fairvale, California, de la película), una
pacífica comunidad costera. Con la herencia, Norma compra una desvencijada casona que tiene un motel adjunto
(idénticos a los de la cinta). Norman
es un joven normal, con los impulsos comunes en un chico de su edad. Se siente
atraído por sus compañeras de escuela y se comunica con ellas a través de
mensajes de texto. Ahí entra su madre. Ya sus nombres anticipan todo, Norma y Norman. Su amor asfixiante y enfermizo comienza a manifestarse como
una forma de manipulación que nos ofrecerá a uno de los psicópatas más famosos
de la ficción. Aunque la historia se desarrolla en nuestros días, existen
reminiscencias visuales que evocan a la época plasmada en el libro y la
película.
Vale la pena mencionar que la idea ya había sido explotada
en el muy competente telefilme Psicosis 4: el inicio (Mick Garris, 1990). Preocupado por su
futuro legado y a punto de reiniciar su carrera homicida, un maduro Norman Bates (Anthony Perkins
nuevamente) habla a un programa radiofónico nocturno donde discuten el tema del
matricidio y revela –bajo un seudónimo- su atormentada adolescencia –en flashbacks-, donde Henry Thomas –el otrora Elliott de E. T. El extraterrestre-
lo encarna con gran corrección. El papel de su madre corresponde a Olivia Hussey, coestrella del
galardonado filme Romeo y Julieta (1968) de Franco
Zeffirelli.
Y sobre el proyecto que hoy nos ocupa, un producto homónimo
de 1987 –estrenado como una película para televisión- intentó convertirse en un
programa donde un compañero de cautiverio (Bud Cort) de Norman Bates hereda el infame hostal tras la muerte de su dueño.
Curiosidad prescindible.
No digo más sobre el nuevo Bates motel. Sea usted el que juzgue. El primer episodio nos
presenta un programa prometedor, impecablemente realizado, elogiado por la
crítica y muy en deuda con la euforia por otros asesinos en serie como Dexter
Morgan o Hannibal Lecter. Veamos si sigue su ejemplo.
–
*Texto aparecido en la página web de Mórbido
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