Si aún existiera Testigos del Crimen, el podcast que conduje durante 5 años
con mi querida Guadalupe Gutiérrez, este
hubiera sido uno de sus temas. De hecho es uno de nuestros grandes pendientes. Y
si existe el lugar que las religiones llaman infierno, Robert Cristian Hansen
tiene sin duda un lugar reservado en él. Mientras leen estas líneas, él purga una
condena de 461 años en la Correccional de Spring Creek, en Seward, Alaska.
Tiene 74 años de edad y goza de un techo y tres comidas diarias por cortesía de
los contribuyentes y el Sistema Penitenciario de Estados Unidos. Se encuentra
ahí por violar y asesinar cruelmente a un número no determinado de mujeres –se calculan
entre 17 y 21, aunque muchos creen que el número es mayor- entre 1971 y 1983. Y
en verdad, la sentencia me parece poca.
Sus actividades homicidas quedaron
expuestas el 13 de junio de 1983, cuando la joven prostituta Cindy Paulson logró escapar de sus
garras. A esto siguió un caso que pone en manifiesto la difícil –trágica- vida
de muchas trabajadoras sexuales de Anchorage, Alaska, el trato discriminatorio
que reciben cuando denuncian un delito cometido en su contra, las limitaciones
del sistema legal y el mejor espíritu de los buenos representantes de la Ley.
La carrera de Hansen ha sido tratada en
varios documentales televisivos –de Discovery
channel esencialmente-, en series –recuerdo un episodio de La
Ley y el Orden: Unidad de Víctimas Especiales-, inspiró en 2007 la
película Naked fear –con Joe Mantegna- y la cinta que propicia estas
líneas.
Bajo cero
(The
frozen ground, 2013), escrita y dirigida por el neozelandés Scott Walker, es un muy competente relato
policial que se estrenó muy tarde en nuestro país –en Estados Unidos se hizo en
agosto- y seguramente quedará sepultado este fin de semana en la cartelera por el
estreno de la secuela de El Hobbit. Es una persecución entre
el investigador Jack Halcombe que encarna Nicholas
Cage –el personaje está modelado a partir de Glenn Flothe, el sabueso de la vida real- y Hansen, interpretado
por John Cusack. La desgraciada
Paulson es encarnada por la cantante Vanessa
Hudgens, egresada de High School Musical y que aparece en Machete
kills (Robert Rodríguez,
2013), con un buen resultado.
La cinta no prescinde de lugares comunes, familiares para nosotros por la televisión –los personajes con un pasado tortuoso, el jefe que en principio no apoya al
protagonista, la angustiante búsqueda de evidencia y el dramático interrogatorio-,
pero el conjunto es satisfactorio sin duda. “Esto es lo que eres y lo que haces”,
reconoce su esposa (Radha Mitchell) a
nuestro héroe. “El sistema no es perfecto, pero no dejarás de luchar por
hacerlo un poco mejor”.
Y uno de los aciertos de Walker es
dedicar su primer trabajo a las víctimas de Hansen, las conocidas y las desconocidas.
Antes que corran los créditos finales, el director nos muestra las fotos de las
que se sospecha fueron asesinadas por el monstruo, con las estremecedoras leyendas
cuerpo localizado y cuerpo sin localizar. Sobrecogedor.
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