Sigamos con Psicosis, pero no con la obra maestra
de Alfred Hitchcock, sino con sus
cimientos. En 1998, Stephen Jones y Kim Newman publicaron la actualización
de Horror
100 best books (Carroll & Graf, Nueva York), un maravilloso
compendio cronológico que reseñaba lo mejor del género (hasta ese momento). Y
algo saben los señores sobre el tema. El primero es un reputado antologador y
estudioso de los territorios horroríficos y erudito de la obra de Clive Barker; al segundo le debemos la
maravillosa saga que comenzó en 1992 con la novela El año de Drácula. En el
texto, básicamente, prestigiados autores de horror y fantasía hablaban del
trabajo de otros autores de horror y fantasía. Asignaron el lugar 57 a una obra que todos
conocemos y la cual viene a colación por la reciente película que comenté. Cedo
la palabra a Hugh B. Cave, reputado
cuentista y autor de la llamada pulp fiction:
Olviden la película. El señor Hitchcock hizo un trabajo magistral,
seguro. Y todo el mundo en el planeta que esté interesado en el género de
terror debe haberla visto al menos una vez. Pero la novela de Robert Bloch fue una obra maestra desde
el principio. El señor Hitchcock no creó a Norman Bates ni a su espeluznante
motel; fue el señor Bloch. Y no como un proyecto especial. Siguiendo los pasos
de sus cuentos, adaptaciones de radio (de su propio trabajo) y al menos cuatro
otras novelas, Psicosis era otro producto de su imaginación maravillosamente
fértil y disciplinada.
Tengan en cuenta que recalco
palabra disciplinada. Debido a que
gran parte la fuerza de Psicosis está
en la escritura.
Desde el principio, Robert Bloch
escribió con claridad, utilizando el lenguaje para comunicar, no para confundir.
Mucha de la escritura de hoy es intencionadamente oscura, deliberadamente
dirigida a que el lector se pregunte, al terminar de leer una historia, “¿qué
fue todo eso?”. Demasiados escritores consideran que su trabajo es una lucha
entre ellos mismos y el público con, por supuesto, los dados cargados a su
favor y con el lector obligado a sentirse estúpido por no comprender el relato.
No el señor Bloch. Su prosa es
como el tono claro y puro de una trompeta Bix Beiderbecke, no como el rugido una
sirena luchando para ser escuchada en la espesa niebla. Así que lo que dice es
inmediatamente comprensible y, por lo tanto, aún más poderoso.
Lo que Bloch dijo en Psicosis influyó el arte de la escritura
horror. No volvió a los estantes polvorientos donde estaban los vampiros, los
hombres lobo y las otras bestias predilectas de los novelistas Victorianos. Lisa
y llanamente exploró horrores que cotidianamente se encuentran al acecho. Olvidó
los castillos en ruinas, los científicos locos, los dioses antiguos y terribles
que escribió en Weird tales y otras grandes revistas. Esas fueron buenas
historias para su tiempo y siempre será divertido releerlas o coleccionarlas. Pero
observen cuidadosamente a su vecino, que va a una oficina todos los días, vende
seguros o, en este caso, dirige un motel acosado por los recuerdos de una madre
dominante.
Con esta novela, Robert Bloch produjo
a los lectores grandes saltos de horror que erizaban sus cabellos mientras
pasaban las páginas con avidez, y mostró de paso a los escritores cómo manejar
un nuevo tipo de historia de horror.
Casi todos los autores del género
en nuestros días han sido influidos, de una forma u otra, por Psicosis. Llámelo un hito en la
literatura de terror, escrito por uno de los grandes. Eso es lo que ambos son.
-Hugh B. Cave.
"Psicosis" es definitivamente una de mis películas favoritas, pero no he tenido oportunidad de leer el libro. Supongo que el día que lo haga no podré evitar imaginar que los personajes realmente lucen como Janet Leigh y Anthony Perkins.
ResponderEliminarY qué buen blog, por aquí estaré seguido.
¡Saludos!
Completamente de acuerdo, Calavera. Ojalá puedas leer ponto la novela. No te decepcionará y consigue sacudirse las imágenes que todos conocemos. Esta es tu casa. Gracias por tu visita.
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