Y así fue como terminó un escándalo que amenazaba
afectar seriamente el reino de Bohemia. Y así fue también como los mejores
planes de Sherlock Holmes fueron arruinados por el ingenio de una mujer.
Antiguamente mi compañero acostumbraba burlarse mucho de la supuesta
inteligencia femenina, pero no he oído que lo haga a últimas fechas. Y cuando
habla de Irene Adler, o cuando se refiere a su fotografía, siempre lo hace bajo
el honorable título de La Mujer. –Escándalo en Bohemia (1891),
Arthur Conan Doyle.
El primer episodio de la segunda
temporada de la teleserie británica Sherlock nos presenta la ambigua e
inquietante relación entre el héroe que da título al programa (Benedict Cumberbatch) e Irene
Adler (Lara Pulver), una
dominatriz de altos vuelos que revive a la figura central de la novela Escándalo
en Bohemia, escrita en 1891 por el escocés Arthur Conan Doyle. Ella es objeto del amor idílico –nunca admitido-
de Holmes y un auténtico desafío
intelectual. Pero la fascinación que siente por ella no compromete su posición.
Algo similar, con sus respectivas
distancias, ocurre con la creación de Bob
Kane y Bill Finger cuyo cumpleaños
75 celebramos este 2014. Y antes de continuar, una precisión. Mucho se ha
bromeado sobre la orientación sexual de Batman. Ello es principalmente culpa
del libro La seducción del inocente, escrito en 1954 por el psiquiatra
germano estadounidense Fredric Wertham,
conocido con justicia como “El Mayor Enemigo de los Superhéroes”. Su texto daba
lecturas homosexaules y pedófilas a la relación entre el Hombre Murciélago y su joven asistente Dick Grayson. Y no ayudó
mucho la colorida pero inolvidable serie de televisión de los años sesenta, con
Adam West y Burt Ward. No aclaro esto porque piense que un justiciero gay sea
algo malo, contrario a la Ley de Dios o cause huracanes (para eso están algunos
miembros del clero y la clase política), sino porque simplemente no fue la
intención que le dieron sus creadores. El texto de Wertham fortaleció la infame
cacería de brujas que propició que el Congreso de Estados Unidos impusiera a la
industria de las historietas la famosa Autoridad
del Código de Cómics, o CCA por
sus siglas en inglés. Pero regresemos a lo central.
Desde su primera aventura oficial,
ocurrida en Batman # 1 en la primavera de 1940, la ladrona conocida como La Gata
fue incluida como un interés romántico del héroe y un desafío físico e
intelectual. Además, el enmascarado siempre enfrentaba el reto de redimirla. La
inspiración de la dupla creativa Kane-Finger vino, evidentemente, de las
glamorosas estrellas de cine de su época, como Jean Harlow –por ahí circula una historia que involucra a una prima
de Kane-, y eventualmente fue rebautizada como La Mujer Gato (Catwoman)
o Gatúbela
(en estos rumbos). Desde entonces, el personaje ha tenido múltiples encarnaciones
y ha estado en ambos lados de la Ley. Y aunque Batman ha tenido otros intereses sentimentales –algunos más
poderosos-, Gatúbela –yo prefiero
llamarla así- siempre será una presencia importantísima en sus aventuras, justo
como Adler y Holmes.
Los detectives se enamoran de mujeres difíciles. Un enigma que resolver, tal vez.
ResponderEliminarCierto, Vanne. Les gusta la mala vida, jaja. Saludos.
ResponderEliminar