martes, 30 de abril de 2013

Mis niños favoritos


En su día, hablemos de dos niños ejemplares. En el imaginario popular siempre destacarán los cándidos juegos de Merlina (Wednesdy) y Pericles (Pugsley) Addams, quienes se regodeaban con venenos, se sometían en una silla eléctrica, jugaban con dinamita o una muñeca decapitada. Según su creador, Charles Addams, la niña dormía en una cama con una cabecera con un tenebroso pulpo labrado, que es imposible desligar del famoso Cthulhu creado por Howard Phillips Lovecraft. Su relación fue fielmente retratada más en el cine que en la serie televisiva que todos adoramos. En Los locos Addams (Barry Sonnenfeld, 1991), ambos representan un homenaje a Hamlet de William Shakespeare. Mientras se enfrentan con espadas, él (Jimmy Workman) le corta la muñeca. La sangre fluye a chorros y salpica a los espectadores. Como respuesta, ella (Christina Ricci) le corta el brazo, con el mismo efecto. Él da el estoque final, que rebana el cuello de la pequeña. Mientras desfallece y baña de rojo a la audiencia, recita: “¡Dulce olvido, abre tus brazos!” Los asistentes permanecen mudos, horrorizados. En contraste, la orgullosa familia les aplaude de pie. Uno de los mejores homenajes al grand guignol que he visto en los últimos años. Véanlo con sus propios ojos. Cuidado con las salpicaduras.



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