jueves, 24 de septiembre de 2009

Y el ganador es...

Israel Analís, lector de este blog y escucha fiel de Testigos del Crimen, me preguntó sobre la evolución del vampiro, de Anne Rice a Stephanie Meyer.
Curiosamente acabo de responder esto a Mario Colina, reportero del periódico Reforma, quien prepara un reportaje que será publicado la víspera del estreno de Luna nueva. El vampiro, como muchos mitos que trascienden a las bellas artes, debe evolucionar para conservar su capacidad de atemorizarnos. En un mundo poblado de monstruos más tangibles como asesinos en serie, pederastas y sicarios, los nuevos vampiros modifican su estructura para conservar la casi omnipotencia que popularizó, por ejemplo, Bram Stoker en el ocaso del milenio antepasado. Así, pueden exponerse al sol y son inmunes a los símbolos religiosos. Anne Rice, en voz de su vampiro Lestat en la carta que publiqué anteriormente en este blog, dijo: “llevo el signo de la cruz en el cofre de mi auto”. Precisamente la señora Rice, para muchos la Corín Tellado de la literatura de vampiros, es responsable de ofrecernos una de las sagas más populares de tiempos recientes. Sus escritos se convirtieron en una suerte de evangelio para toda una generación e influenciaron a otros autores como Poppy Z. Brite. Puedo criticar la ambición voraz de la señora Rice (Entrevista con el vampiro, la primera novela de sus Crónicas vampíricas, fue concebida como un relato unitario) pero tiene el mérito de ofrecer un origen a la estirpe de malditos que acechan nuestras pesadillas. Remonta el punto de inicio al antiguo Egipto, con los reyes ficticios Akasha y Enkil y una posesión fantasmal en el fondo. De la ya interminable serie de la señora Rice aprecio los tres primeros libros.
Su heredera incuestionable es Stephanie Meyer, miembro de mi propia generación y autora de la que creo es la segunda saga contemporánea más famosa después de Harry Potter. Con dedicatoria especial para el público adolescente, Crepúsculo es una reinterpretación de una de las obras más populares de William Shakespeare. Algunos puristas están sumamente inconformes. No encuentro ninguna referencia en el folklore que atribuya a los vampiros un “brillo similar a un diamante”, como sucede con su Edward Cullen. Pero esa es la libertad del creador. Muchos me preguntan si disfruté la novela. Confieso que no logré superar el primer capítulo y preferí ver la película –me propongo leerla en algún momento-. Como dijo Juan Villoro, los libros nos encuentran en una etapa especial de nuestra vida. Sin duda llegó a la mía en un momento en que ya había devorado una enorme suma de historias de vampiros y lo habría disfrutado enormemente en mi tierna juventud. Ese es el valor de la aportación de la señora Meyer: introducir a las nuevas generaciones al mundo de las criaturas de la noche e invitarlos a explorar sus raíces. Sin duda alguna descubrirán el trabajo de Guy de Maupassant, Joseph Sheridan LeFanu, Bram Stoker, Robert Bloch, Richard Matheson, Kim Newman, Sergei Lukyanenko y Guillermo del Toro.
Mención especial merece el enfoque que dio al tema la cinta Déjame entrar (Låt den rätte komma in, Suecia, 2008), de Tomas Alfredson, basada en la novela del autor sueco John Ajvide Lindqvist. El libro fue publicado en español por editorial Espasa (puedes leer el primer capítulo en el sitio web de la empresa). Espero hincarle el diente muy pronto.

2 comentarios:

  1. Lat den rate komma in (Let the right one in) tambien conocida como "dejame entrar",supera, en mi opinión por creces a cacapusculo...lo siento pero no lo trago. Lo considero ofensivo al genero puro del vampirismo, y esta provocando que la gente de por sí ignorante al tema, malentiendad y se hagan de una imagen retorcida y plastica del vampiro.

    Volviendo a right one in... excelente libro, y la pelicula no se diga, maravillosa!!!

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  2. Tampoco soy muy aficionado de la señora Meyer, querida King. Como dije, su mérito radica en atraer a los públicos que no saben mucho del tema a otros autores más interesantes y propositivos. No he conseguido el libro de Déjame entrar, pero lo espero ansioso. Aunque debo decir que mis expectativas sobre él son superadas por otra novela de la que me enteré ayer y escribiré al rato. Saludos. Roberto.

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