lunes, 12 de julio de 2010

Ficción y realidad

El pulpo Paul habló. Ganó la selección española y el mundial de fútbol terminó.
Un lugar que parece común, al estudiar el tema que concierne a este blog que está por cumplir su primer año de vida –el horror y sus manifestaciones artísticas- es que la realidad supera a la ficción. Podemos comprobar esto cada vez que abrimos un periódico, con sus decapitaciones, la rampante crisis económica, los desastres naturales y la indolencia de la clase política, o cuando observamos la mirada vacía del niño que nos pide una moneda en un crucero. Esto me horroriza más que las historias de fantasmas, asesinos o vampiros –no los de la saga Crepúsculo- que tanto gozo. Puedo disfrutarlas con la seguridad de que al cerrar el libro o terminar la película el monstruo no podrá hacerme daño. Pero la realidad y la ficción a veces cruzan sus caminos. Lo pensé ayer que vi un capítulo del serial Cops, espécimen indispensable de la televisión noventera que abrió paso a numerosos programas de su tipo de nuestros días, como Las primeras 48 o Detectives médicos. Inolvidable fue su versión mexicana –Policías- por divertida e infame. Cops sigue -porque el programa continúa al aire- el patrullar de distintas corporaciones policíacas estadounidenses. La cámara documenta sus andanzas, con contundente realismo, desde riñas domésticas y robos hasta accidentes de tránsito y homicidios. Hago esta introducción pues esta emisión televisiva sirvió como vehículo a uno de los capítulos de la extinta serie de ficción Los Expedientes secretos X, otro popular hijo de los años noventa que todos recordamos. Para el anecdotario su creador, Chris Carter, es amigo íntimo de Matt Groening y Stephen King. Durante una noche los agentes federales Fox Mulder (David Duchovny) y Dana Scully (Gillian Anderson) seguían los pasos de un monstruo, en cuya descripción no se ponían de acuerdo los testigos, a través de las distintas llamadas de auxilio que atendían los heroicos miembros del departamento de policía de la localidad, que casualmente eran seguidos por Cops. El episodio, titulado apropiadamente X-Cops, seguía pues los avistamientos de la criatura, que eventualmente descubrimos es un ser que adopta la forma de los miedos de las personas, todo con la verosimilitud que le otorgaban los recursos narrativos del reality show. Este experimento no es nuevo. Conocemos muchos trabajos donde la pretensión de realismo nutre el juego de la fantasía. Hace unos meses hablé de la cinta Actividad paranormal (Oren Eli, 2007) y de sus antecedentes Holocausto caníbal (Ruggero Deodato, 1980), El Proyecto de la Bruja de Blair (Myrick y Sánchez, 1999) o la reciente Cloverfield (Reeves, 2008). Incluso el ya citado Matt Groening no resistió entrecruzar realidad y ficción cuando emuló los populares documentales Behind the music del canal musical VH1 y reelaboró la serie como Behind the laughter (Detrás de las risas). A través de ella narró la vida de su amarillenta familia Simpson, con sus excesos, virtudes, desencuentros y encuentros, justo como sucede en la vida real porque, afortunadamente, no todo es horror.

1 comentario:

  1. El pulpo no se equivoca.

    Concuerdo con usted, los monstruos ficticios a veces poco tienen que pedirles a los reales.
    Ya me parecía curioso que no hubiera mencionado antes las andanzas de los agentes Mulder y Scully.

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