miércoles, 22 de septiembre de 2010

Orgullosamente UNAM

Tal vez la mayor satisfacción de mi más reciente experiencia teatral –y no alcanzo a contarlas- fue que, en el programa enriquecido de la obra, apareciera junto a mi nombre el sello “Orgullosamente UNAM”. Esto fue motivo la dicha más grande pues la UNAM me reconocía como su hijo, como un universitario que hacía una modesta contribución a su grandeza. Este privilegio lo compartí con los miembros del equipo creativo que también son egresados de la Máxima Casa de Estudios. Hoy la Universidad Nacional celebra su primer siglo de vida y no puedo hacer menos que expresarle mi inmensa gratitud, pues en sus aulas aprendí del valor de la libertad de pensar, de cultivar el intelecto y el espíritu, del perfeccionamiento del individuo, todos tan necesarios en nuestra sociedad. La Universidad, a través de su Casa del Lago, su Facultad de Filosofía y Letras, su Filmoteca, su Casa Universitaria del Libro, su Teatro Juan Ruiz de Alarcón y tantos otros espacios, me ha brindado la oportunidad de explorar y compartir mis obsesiones con muchísimas personas convencidas que “la oscuridad es otra luz”.
Gracias UNAM, casa grande y generosa, siempre abierta a la imaginación y la inteligencia tolerante.

4 comentarios:

  1. Hola Roberto, al respecto de tu post, no tengo más que decir, que felicidades por tu orgullo universitario! :-) y espero todo te vaya muy bien...

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, querido Oscar. Por fortuna todo marcha bien, orgulloso de leerte y de tu felicitación. Espero todo vaya bien para tí. ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
  3. Gracias Roberto por tus buenos deseos y sí, todo va lindo, amando esta época de lluvias algo inusual, pero es mi ambiente óptimo para estar a gusto (aunque causa estragos en varias ciudades, pero por la mala planeación de nuestros flamantes dirigentes, de lo cual, la lluvia no tiene la culpa) en fin te sigo mandando mis buenos deseos vibras y mi admiración sincera, hasta la vista :-)

    ResponderEliminar
  4. Yo feliz de compartir con usted, admirado maestro Coria, el orgullo de ser hija de la Universidad ¡Nuestra Gloriosa Alma Mater!
    Le felicito y me felicito por ser objetos de tan inmenso privilegio y honor ¡Vida eterna para nuestra amada Casa de Estudios! ¡Cómo no la voy a querer!

    ResponderEliminar