viernes, 24 de diciembre de 2010

De Grinches y navidades felices

La manera de celebrar estas fiestas se ha convertido en motivo de desencuentro para muchos. Por un lado están quienes odian la navidad y maldicen todo lo que huele a muérdago, canela y pavo –o romeritos, si lo prefieren-, y en el opuesto las personas que comenzaron sus compras hace cuatro meses y adornaron su casa tan pronto terminó el Día de Muertos. Yo mismo detesto el carácter consumista y material de la celebración –muchos supermercados venden esferas para el árbol navideño desde el mes de agosto- y no comulgo del todo con su colorido, a veces exagerado. Pero lo que realmente brilla de manera honesta y espontánea en la ocasión es que emerge, aunque sea momentáneamente, la parte positiva de la naturaleza humana. “Es la fecha en que todos somos mejores, es más fácil sonreír, somos un poco más alegres. Por unas pocas horas del año somos las personas que siempre quisimos ser”, dijo Bill Murray en Los fantasmas contraatacan (Scrooged, Richard Donner, 1988), una más de tantas adaptaciones del clásico Canción de Navidad de Charles Dickens.
Un rito obligado de mi infancia era ver en la televisión, acompañado de un generoso plato de recalentado, Cómo el Grinch se robó la navidad (Chuck Jones, 1966), la extraordinaria versión animada de la historia escrita en 1957 por Theodor Seuss Geisel, conocido por la posterioridad como el Dr. Seuss, el narrador e ilustrador estadounidense responsable de cautivar la imaginación de docenas de generaciones de niños en el país vecino y el mundo entero. Olvidemos por un momento la horrible y popular película con Jim Carrey (Ron Howard, 2000). Cuando crecí descubrí que el narrador del cortometraje, en su idioma original, era nada menos que Boris Karloff. Pensé que era genial que un actor de horror –un verdadero actor- narrara un cuento para niños.
Recordemos una parte del texto, como un homenaje a ese maravilloso país llamado infancia, un lugar que siempre era mejor en estas fechas. Y, como dijo Dickens en la voz del pequeño Tim, “que Dios nos bendiga a todos”
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Cómo el Grinch se robó la navidad
Dr. Seuss

Todos los Quién de Villa Quién se sentían felices en la Navidad,
Pero el Grinch no la disfrutaba, ya que solo en su morada todo el mal tramando estaba.
Era tan, pero tan malo, que no soportaba ni su mención.
Nadie puede decir por qué, ya que nadie sabe la razón.
Tal vez sería porque le apretaba un zapato, o tal vez se debía a que era un insensato.
Pero creo que el verdadero motivo es que tenía el corazón encogido.
Sea cual fuere la razón, zapatos o corazón, encontrábase ahí el Grinch esperando la Navidad lleno de odio sin razón.
Y con el ceño fruncido y el corazón encogido, miraba el Grinch enfurecido al pueblo de gozo enchido.

5 comentarios:

  1. Ay, querido Roberto! Yo tiendo a ser un poco grinch, y es que me parece que el sonreir y el ser amables con los demas, el decirle a los tuyos que los quieres, y los etcéteras, son cosas que deberíamos hacer todo el año, no nada más en una época en la que la sociedad nos dicta hacerlo. Para mi, es una época hipócrita, en la que todo mundo finje no odiar a los demás.
    Yo prefiero seguir odiando a los que odio y decirle todos los días del año a la gente que quiero, lo mucho que los aprecio.
    Por eso, Roberto, te digo que te quiero y que también adoro a Anita. Los quiero hoy y todos los días del año.
    A los demás, los odio! Jajajaja!

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  2. También creo que deberíamos expresar nuestro cariño a nuestros seres queridos todos los días, querida Vale, no sólo en una cena, o por lazos consanguíneos. Siempre he pensado que la sangre es el vínculo más endeble cuando no existe respeto y amor. Y haciendo a un lado todas las implicaciones sociales y comerciales de la fiesta, es un momento que he dimensionado de otra manera. También te adoro. Y a tus hermanas y a tus papás. Una pregunta me atormenta: ¿hará Elías paella? Te mando mil besos.

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  3. Hola Roberto, desde mi angelópolis, te deseo lo mejor, una feliz navidad en el mejor de los contextos (en este caso, cada quien sabe cual le corresponde :-D) Y con respecto a lo de mostrar cariño todo el año a las personas que quieres o admiras, estoy de acuerdo, pero en mi caso, mis navidades adultas se alimentan muy bien de las que tuve de niño, pues fueron, gracias a mi santa madre, el verdadero espíritu navideño, donde no había más que, el respeto y cariño a tu entorno, gracias a ello, mi espíritu en estos días, así como en el día de muertos, se llena de buen ánimo y buenos recuerdos con cada año que se va.

    Para no hacer más largo mi saludo y que pierda sentido, aquí me despido por ahora, pero sabes que sos una de las personas que realmente admiro, sos un ser humano en valioso de verdad ;-D

    Saludos...

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  4. Hola y Feliz lo que sea, pero de corazón. Desde niña he sido una fan del Dr.Seuss, y la versión original de "How the Grinch Stole Christmas" (Cómo Odión quiso destruir la Navidad)la veía todos los años, antes que a regañadientes tuviera que ir a sentarme en un rincón durante una gran reunión familiar, gracias por recordarme esos momentos en lo que como hoy me ponía verde, y sí concuerdo que la versión sin doblar, la de Karloff, es genial y la canción del Grinch me sabe mejor que cualquier ponche.

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  5. Mil gracias, queridísimo Óscar y Wastedcherry. Les envío mi abrazo más caluroso.

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