miércoles, 13 de abril de 2011

Falla de la memoria

Lo olvidaba. Algo más que hace vigente a La liga de los caballeros extraordinarios –tanto a la novela gráfica como a la película- es recordarnos la capacidad del crimen organizado para infiltrarse en las más altas esferas de los gobiernos, incluso a dirigirlas. Así lo hizo el expresidiario parisino Eugene Francois Vidocq en 1811, quien fundó y fue el primer Director de la Sûreté Nationale. Fatal realidad: la Policía francesa fue creada por un criminal. Por ello no es extraño que Alan Moore imaginara a James Moriarty, “el Napoleón del crimen”, tras la fundación del MI6 británico. La realidad a veces se nutre de la ficción. Pero basta por ahora de la Liga. Sigamos con el señor Moore.

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