viernes, 1 de abril de 2011

Sherlock Holmes vive, o cómo traer –con gracia- un clásico al nuevo milenio.

A Steven Moffat, galardonado guionista de televisión británico, los aficionados de la ciencia ficción deben notables episodios de la más reciente época de la popular serie Dr. Who. Los diletantes del horror literario el breve proyecto titulado Jekyll, puesta al día de la emblemática obra El extraño caso del Dr. Jekyll y el Sr. Hyde, de Robert Louis Stevenson. Lo primero que admiré de ella fue su profundo conocimiento y respeto de la novela, así como la incorporación del indispensable escritor escocés –Stevenson mismo- en la trama. Posteriormente el trabajo del actor James Nesbitt, quien consigue un brillante desdoblamiento sin una pizca de maquillaje ni efectos de computadora. Y no olvido los guiños al lector fiel: la malvada compañía de biotecnología –Klein and Utterson- toma su nombre del personaje que narra la historia original. Moffat también será el responsable de la venidera encarnación fílmica de Tintin, el popular personaje del historietista belga Georges Rémi, mejor conocido como Hergé, bajo la batuta de Steven Spielberg.
Ahora Moffat centró su atención –en colaboración con Mark Gatiss- en otro personaje clave de la ficción victoriana. El resultado es Sherlock, serie que no sólo comprueba la vigencia de la creación más famosa de Arthur Conan Doyle, sino su capacidad de adaptarse a cualquier época. El pasado martes vi el tercer episodio –y final- de su primera temporada y no puedo disimular mi fascinación. Son muchos los factores que contribuyeron a esto y que alimentan mi ansiedad por ver la continuación del relato. Los resumiré así:
1. La historia comienza –como lo planteó en su momento Conan Doyle- con el encuentro entre Sherlock Holmes (Benedict Cumberbatch) y el Dr. John H. Watson (Martin Freeman). El segundo, al igual que su par victoriano, es un veterano de guerra –de Afganistán, coincidencia histórica- que busca alojamiento en la ciudad de Londres. Un amigo lo presenta al excéntrico detective consultor –calificativo que se ufana de haber inventado-, quien deduce la pasada ocupación y costumbres del médico mediante la observación. Ambos se instalan en el 221B de la calle Baker, bajo los cuidados de su casera la Sra. Hudson (Una Stubbs), una jovial señora adicta a la televisión matinal. Conocemos también al hermano de Holmes, Mycroft (el mismo Mark Gatiss), funcionario de primer nivel de los servicios de inteligencia británica que recurre a él cuando la Corona lo requiere. “Volvió a amenazarme con hacerme Sir”.
2. La cojera característica de Watson, fruto de una herida de combate, es rápidamente descartada con una explicación convincente: se debe al estrés postraumático de su experiencia bélica, una especie de afección psicosomática de la que el personaje se libra con la adrenalina de la acción al lado de su nuevo asociado porque Watson, como bien se advirtió recientemente, es un hombre de acción, adiestrado en combate cuerpo a cuerpo y manejo de armas por su formación militar.
3. El seguidor celoso de las aventuras del Príncipe de los Detectives podría alegar que el escenario victoriano, con sus carruajes, vestimenta y sus modales refinados son indispensables en el relato holmesiano, pero los guionistas prescinden de ellos. Hoy Holmes posee su propia página web –La ciencia de la deducción- y Watson su blog personal, en el que dará cuenta de sus aventuras al lado del detective. “No puedo salir de casa sin mi bloguero”, le dijo Holmes a su compañero. Holmes también utiliza el Internet, los dispositivos de localización GPS y los mensajes de texto en sus investigaciones. Los últimos incluso para evidenciar ante la prensa la ineficacia del Detective Inspector Lestrade (Rupert Graves), servidor público del Nuevo Scotland Yard. Y el resto de los agentes policíacos no toleran la intervención de Holmes en sus pesquisas –permitida y propiciada por Lestrade-. Cuando una detective califica a Holmes de psicópata, éste la corrige enérgicamente: “no soy un psicópata, soy un sociópata funcional”. Uno de los hábitos más arraigados del detective, fumar su inseparable pipa cuando realiza sus reflexiones, es eliminado de la historia porque, como bien advierte Holmes, hoy ese vicio es censurado socialmente. Para mitigarlo utiliza parches de nicotina. “Es un problema de tres parches”. Y su gusto por la literatura sensacionalista se ha transformado en una afición por los programas chatarra de televisión, tipo “Laura de América”. “Ellos me permiten observar la naturaleza de las personas”.
4. La diversidad cultural y sexual del Londres contemporáneo es palpable. En un restaurante, Holmes y Watson bromean sobre las sospechas que pueden despertar dos hombres que comparten un departamento.
5. El estilo narrativo de la serie. Las observaciones de Holmes, veloces y profundas, son acompañadas de breves textos que ilustran al espectador sobre el razonamiento del personaje.
6. Las continuas referencias a la mitología holmesiana porque, como indican los créditos iniciales, la serie se basa en los trabajos de Arthur Conan Doyle, no en obras concretas. Así podemos encontrar aspectos de Estudio en escarlata (1887), La aventura de los seis Napoleones (1899), Los planos del Bruce-Partington (1908) y, por supuesto, El problema final (1891), entre otros.
7. La presencia, ausente pero poderosa, de su Némesis, quien se presentó a sí mismo como Jim Moriarty (Andrew Scott) en los últimos momentos del programa. Es un rival a la altura del protagonista. Con él comparte un vínculo profundo. Es su opuesto, un criminal consultor, en palabras del villano.
Y todo esto me llevó al Internet para averiguar los avances de Sherlock Holmes: A game of shadows, la secuela de la cinta protagonizada por Robert Downey, Jr. y dirigida por Guy Ritchie. Lei con agrado que a la historia se unirá Mycroft Holmes, que será interpretado por Stephen Frye –quien encarnara a Oscar Wilde- y que Jared Harris –el malvado científico de la primera temporada de la serie Fringe- será el Profesor Moriarty. La película se estrenará en diciembre de este año. Sin duda contribuirá para pasar una feliz navidad.

3 comentarios:

  1. Jonnathan Jimenez Villarreal4 de abril de 2011, 20:34

    Saludos Roberto Coria, soy seguidor desde los primeros capitulos de Testigos del Crimen. Me apetece recordar con respecto a las aventuras de Holmes, que editorial Porrua acaba de sacar un compilado de 3 volumenes con casi todas las aventuras del detective a un modico precio (80 pesitos cada uno). Altamente recomendables.

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  2. Gracias por tus palabras y recomendaciones, querido Jonnathan. Esos textos deben estar en toda biblioteca. Muchos saludos.

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  3. Ayyyy, supe de esta serie pero no pensé que fuera a ser de solo 3 episodios. Magnifica reseña, a buscar se ha dicho!.



    Saludos!

    PD: Por cierto, ya acabé de ver "Ultraviolet", me gustó la serie, hubiera estado bueno que continuaran esta "guerra" contra los vampiros con una 2a. temporada.

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