jueves, 21 de enero de 2010

En complemento

El 19 de enero de 1868, en un modesto hotel vienés, nació Gustav Meyer, quien años después adoptó el apellido Meyrink en honor a sus antepasados maternos. Meyrink abrazó el quehacer literario y otras aficiones que incluían el esoterismo y el ocultismo. Estas últimas le ocasionaron problemas judiciales que le llevaron al borde de la ruina económica. Fue un gran lector de Edgar Allan Poe, E. T. A. Hoffman y H. P. Blavatsky. Entre sus innumerables relatos –cuentos y sátiras, fundamentalmente- destaca su primera novela, “El Golem”, escrita en 1915. Su trama transcurre en una Praga ruinosa pero majestuosa, poblada de secretos ancestrales y tradiciones mágicas. La novela, fantástica a primera vista, plantea un dilema moral y filosófico, similar al que casi cien años atrás planteara Mary Shelley con su “Frankenstein”: el Gran Rabino crea una enorme figura de arcilla, el Golem del título, que cobra vida cada vez que le coloca un papel entre los dientes en el que están escritas misteriosas palabras mágicas hebreas. El Golem era fiel a su amo hasta que éste, con instrucciones cabalísticas, suspendía el hechizo. Pero algo, para no variar, salió mal…
La trama de la novela de Gustav Meyrink capturó la imaginación de la naciente industria cinematográfica alemana. En 1920 el director Paul Wegenner y el escritor Henrik Galeen la adaptaron en una película emblemática de la llamada corriente expresionista. Recientemente fue recreada en dibujos animados en un especial de noche de brujas de la familia Simpson.
En el siguiente comentario, Zombieland.

1 comentario:

  1. HP Blavatsky?
    te he estado leyendo/escuchando. Un abrazo solidario a usted y a toda la banda.
    Algún cuento que quieras para que lea en Horror Sapiens?
    casi suya,
    Suspiria

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