lunes, 11 de abril de 2011

Antesala. La liga de los caballeros extraordinarios.


Concuerdo plenamente con muchos: La liga extraordinaria (Stephen Norrington, 2003) no es una adaptación fiel de La liga de los caballeros extraordinarios, la maravillosa serie de cómics –compilada posteriormente como una novela gráfica- de Alan Moore y Kevin O´Neill. En ese sentido puedo comprender el desencanto del escritor, quien se divorció completamente de la gran maquinaria hollywoodense. Pero también me queda algo muy claro: no es una mala película. Es un divertimento inofensivo –palomero, dirían algunos-, estupendamente ejecutado, que ofrece múltiples guiños al admirador de la literatura del siglo XIX. Si vencemos nuestra renuencia a sus incontables diferencias con la fuente que la origina, podemos disfrutarla. Debemos tener en cuenta que se trata de dos medios distintos –el cine y el cómic- que aunque se han nutrido mutuamente no siempre marchan de la mano. Y Hollywood no siempre demuestra respeto e inteligencia. He aquí algunas consideraciones sobre la cinta.
    1. Es una película hecha para el lucimiento de su protagonista Sean Connery, quien es además su productor ejecutivo. En su momento leí que el antiguo 007 se peleó –incluso a golpes- con el director por imponer su postura. Y lo primero que disgustó a muchos es que su Allan Quatermain –creado por Henry Rider Haggard- no es en realidad el centro del relato original. Es de hecho un personaje más interesante, un colonizador, hijo prominente del imperio, autoexiliado en Egipto, decadente, adicto al opio, que es sacado de su retiro por Wilhemina Murray (Peta Wilson en la cinta), quien se ha divorciado de Jonathan Harker (en la película es una viuda). Ella es el verdadero reclutador de la liga. No es un vampiro, “como consecuencia de sus indiscreciones” con el Conde Drácula y como la presenta el guión de James Dale Robinson. Es, como la concibió Bram Stoker, símbolo de la brave new woman victoriana y la mente capaz de ensamblar un equipo semejante.
    2. Los antecedentes y bestialidad de Henry Jekyll/Edward Hyde (Jason Flemyng) son suavizados, pues es una película apta para todo público. También la violencia de que es capaz el Capitán Nemo (Naseeruddin Shah) y las actividades extra curriculares de Hawley Griffin –en la cinta es reemplazado por el pícaro ladrón Rodney Skinner, interpretado por Tony Curran-, también conocido como El hombre invisible de acuerdo a su creador H. G. Wells. El Griffin de la novela es un violador invisible que asola a un colegio de señoritas y es reclutado por la Liga con la promesa de un indulto por sus crímenes y una cura de la fórmula que inventó.
    3. El escenario y resorte de la historia ha cambiado pero conserva su esencia y ubicación temporal –el cambio de siglo-. En la novela gráfica es todo es disparado por el robo, cometido por fuerzas oscuras, de la valiosa Cavorita, el elemento antigravitacional que hizo posible el viaje espacial –en la novela El primer hombre en la luna de H. G. Wells-; en la película es una inminente guerra mundial propiciada por el ataque a las grandes potencias –Inglaterra y Alemania- de las huestes de un misterioso sujeto conocido como El Fantasma –tomado evidentemente de la novela El fantasma de la Ópera de Gastón Leroux-.
    4. Y sobre sus escenarios, la película tiene el acierto de respetar el entorno victoriano, época de mayor auge del Imperio británico, de su desarrollo armamentístico y de la revolución industrial. También incorpora avances tecnológicos de la era, como el automóvil y las grabaciones fonográficas.
    5. Es una producción de la 20th Century Fox, y por ello se añadieron elementos reconocibles de la narrativa estadounidense. Cuando el Capitán Nemo presenta a la Liga a su primer oficial, éste responde marcialmente “llámenme Ismael”, evidente homenaje a Herman Melville y Moby Dick –que sí debemos a Moore-. Pero la más insólita adición es la de Tom Sawyer (Shane West) –protagonista de la novela homónima de Mark Twain-, quien ha crecido y se ha convertido en un agente del Servicio Secreto. Esto no me resulta tan extraño –si tenemos en cuenta la proclividad histórica de Estados Unidos de inmiscuirse en problemas de otros países- como un chico –casi indigente- del Mississippi convirtiéndose en un hombre de acción que le regala incluso un rifle Winchester a Allan Quatermain. Si bien agradezco estos guiños, me uno a los puristas: La Liga de los Caballeros Extraordinarios es una obra británica, y sus personajes deben ser íntegramente británicos. Es un club exclusivo, de difícil admisión.
    6. Dorian Grey, una de las creaciones más famosas de Oscar Wilde, no es un miembro de la Liga. En la novela gráfica sólo aparece en la portada –en una pintura- y en un suplemento para colorear en su parte final. Concedo que él (Stuart Townsend) con su invulnerabilidad que abrevó sin duda de la del Wolverine de X-Men (Bryan Singer, 2000) es un personaje interesante y es el par necesario de una Mina Harker vampirizada.
    7. Los pequeños detalles siempre cuentan –pero a veces no hacen la diferencia-. La cigarrera de M (Richard Roxburgh) es idéntica a la de Campion Bond –personaje eliminado de la cinta- y en el exterior de la casa de Dorian Grey está pegado un cartel como en el que sus creadores tienen su merecido crédito en la novela gráfica.

    Como la esperanza muere al último, espero ver –en 10 o 15 años- una nueva versión de la historia, ahora con la bendición del señor Moore. Y más aún, su secuela, donde la imaginación de H. G. Wells –con sus invasiones extraterrestres y su desquiciado genetista- ocupa un papel importantísimo.

    1 comentario:

    1. Definitivamente una muy interesante y muy bien desarrollada serie de comics tanto en el arte gráfico como en el argumento.

      The League of Extraordinary Gentlemen cuenta con 2 volúmenes geniales publicados por un subsello de la casa editorial DC Comics y un tercer volumen que cuenta ya con una de tres partes publicadas, ahora a cargo de Top Shelf comics.

      En el primer número del tercer volumen nos presenta una serie de personajes nuevos (claro sacados de la literatura y otras fuentes) incluyendo a un cantante Jack el destripador y debo reconocer que es el primer comic que he leído que parece, en algunas partes, un musical.

      A lo que quiero llegar y es una recomendación para todos los lectores de este espacio, es a lo que hay entre volumen 2 y 3 de esta serie; un volumen intermedio llamado The Black Dossier publicado por Wildstorm.

      Sin duda es una expansión increíble del mundo de la liga extraordinaria en la que cada panel y cada párrafo ahí presentado guarda una referencia que estimula y asombra. En este volumen encontramos una historia contada “tradicionalmente”, que sitúa a nuestros héroes en la Inglaterra de después de la caída de Big Brother y los eventos en la novela 1984 perseguidos por un joven, americanizado y cómicamente odioso James Bond; además entre sus páginas podemos encontrar una novela erótica, una biblia de Tijuana, postales y muchos otros medios en los que se cuentan las aventuras de los personajes en el lapso entre el final del volumen 2 y el actual. Por favor busquen esta joya, les prometo que pasarán horas y horas descifrando cada panel. Me hizo sentir que he leído muy poco.

      En cuanto a la película creo que su error es ser tan común con un concepto tan rico; si bien no es completamente despreciable es eclipsada por la seriedad y tono de la fuente.

      ResponderEliminar