viernes, 27 de mayo de 2011

Crítica pirata

Aún no he visto Piratas del Caribe: Navegando aguas misteriosas (Rob Marshall, 2011), pero por sus avances –o trailers- no tengo la menor duda de que se convertirá en un éxito. Me han dicho que su argumento es muy similar al de la novela En mareas extrañas de Tim Powers e incluso los guionistas de la película lo han reconocido. Mientras acudo al cine, reproduzco la reseña que Adriana Fernández publicó en la sección Primera fila del diario Reforma el pasado viernes 20 de mayo de 2011. Hace promisoria la aventura. Y antes de partir ofrezco una disculpa al señor Joe Johnston, pues una en una entrada previa le atribuí la dirección de la cinta que hoy propicia este texto. Lo peor fue que estaba consciente de ello, que mis dedos no acataron lo que dictaba mi cerebro.
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Buena vida, la del pirata
Adriana Fernández

No cabe duda, en la literatura y en el cine, los piratas siempre han sido los anti-héroes por excelencia: roban, destruyen y a veces matan.
Pero al mismo tiempo conocen lugares exóticos, beben mucho ron y, lo mejor, encuentran tesoros perdidos. Ya lo decía el mismísimo Garfio. “la de un pirata es la vida mejor”.
Luego entonces, ser corsario siempre tuvo su atractivo; sin embargo, desde el momento en que Johnny Depp encarnó al desenfadado Capitán Jack Sparrow, protagonista de Piratas del Caribe y sus secuelas, la existencia pirata adquirió nuevas características: no tan fiero como audaz, divertido …pero sobre todo, super cool.
Ciertamente, Depp –en un papel hecho a la medida- ha sido responsable en gran parte del éxito de la saga que comenzó en 2003. Pues hay buenas noticias para los fans de este actor y de la serie: la cuarta entrega, Piratas del Caribe: Navegando aguas misteriosas, no los decepcionará.
Londres, siglo 17. Jack está de regreso en tierras británicas para salvar a su colega Gibbs (Kevin McNally) de las Galeras.
En el proceso, se entera de un impostor que en su nombre recluta una tripulación, con el objeto de navegar hacia el sueño de todo mortal: la Fuente de la Eterna Juventud.
De pronto, Jack se ve a bordo de un barco
capitaneado por uno de los más temibles piratas que jamás hayan existido: el legendario Barba Negra (Ian McShane).
El primer oficial a bordo de la embarcación es nada menos que una mujer: Angélica (convincente Penélope Cruz), antigua conquista amorosa de Jack… y que ahora lo odia con odio jarocho.
No se necesita catalejo para vislumbrar problemas en el horizonte.
En términos generales, y comparada con las entregas anteriores, el mayor mérito de la cinta de Marshall (Chicago) está en la relativa sencillez de la historia.
Sobre todo respecto a la película anterior –Piratas del caribe: En el fin del mundo (Verbinski, 2007)-, se agradece una trama menos confusa y un menor número de personajes; e inversamente, una mayor calidad interpretativa de los protagonistas, tanto de antaño como de la refrescante nueva camada.
Dentro de los primeros, se lleva las palmas Johnny Depp, aunque también Geoffrey Rush –quien repite como el Capitán Barbossa- nos confirma ser un histrión que disfruta su papel cada segundo, ya sea como terapeuta del lenguaje que como pirata desalmado.
El uso del 3D es adecuado y los efectos especiales tampoco se exageran… en este sentido, resulta grato que haya muchos escenarios naturales, entre selvas y paradisíacas islas y playas, en lugar de los oscuros sets empleados en la larga y aburrida parte tres.
Así que, en resumen, esta cuarta cinta de la saga tiene todo para ser un éxito: acción, romance… y la promesa de una quinta parte. Aparentemente la vida de un pirata sí que es la mejor. Por lo menos en el cine.

2 comentarios:

  1. Yo la vi y me gustó. Está divertida, aunque nunca ninguna será tan buena como la primera, desde mi punto de vista. Lo que creo que sobra es el 3D. Sólo sirve para que el cine te cobre mucho más, pero no le agrega ningún tipo de valor a la película, así que recomiendo verla en la versión económica.

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  2. Yo tengo ganas de verla, querida Vale. Ya intercambiaremos opiniones. Gracias por tus sabios consejos. Fue un placer verlas el sábado. Feliz inicio de semana.

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