Y ahora que con la distancia de los días reflexiono sobre la taxonomía del cazador de vampiros que publiqué en este espacio la semana pasada, creo que omití dos categorías:
1. El cazador de vampiros institucionalizado, o el que es sólo el brazo ejecutor de una organización consagrada a la destrucción de los hijos de la noche. En la estupenda pero breve serie de televisión británica Ultravioleta (1998. No tiene relación alguna con la cinta de Milla Jovovich), Michael Colefield (Jack Davenport) es un detective de Scotland Yard que, ante la desaparición de su amigo Jack (Stephen Moyer de True blood), descubre la existencia de los vampiros y es reclutado por 2. El lobo solitario. Es el cazador de vampiros que se vale de sus propios medios para la eliminación del monstruo. No suele tener aliados, ni posee ningún tipo de afiliación, ni recursos gubernamentales. Es una suerte de free lance. Incluso, como algunos personajes políticos, puede ser considerado como “un peligro” para la sociedad. Su cruzada está alimentada por motivaciones personales o teológicas. El personaje fundamental del gremio, Abraham Van Helsing, pertenece a esta categoría.
Queda complementada mi taxonomía.
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