lunes, 30 de noviembre de 2009

Una segunda oportunidad para Drácula, segunda parte.

Basta por ahora de fantasmas. Volveremos a ellos intermitentemente. Regresemos a la familiaridad de los vampiros. Las circunstancias me lo exigen.
2009 ha sido un año de desilusiones artísticas. El pasado mes de octubre manifesté mi entusiasmo por la secuela de Drácula, obra seminal de mi educación sentimental. La empresa fue asumida por un descendiente del autor, Darce Stoker, y el guionista Ian Holt. Hoy, que leí la tercera parte de la novela, puedo decir que se extinguió por completo cualquier expectativa que pude tener por Drácula, el no muerto (Roca, 2009). Se que no puede juzgarse un texto sin haber completado su lectura. Tampoco pretendo erigirme como el detentor de la verdad y la corrección del tema. Pero si las 177 páginas que devoré son el síntoma del resultado general, el pronóstico es poco alentador. Por ello escribo estas líneas. Como un ejercicio de análisis, enunciaré sus virtudes. Luego sus defectos. Juzguen por sí mismos. Quienes no hayan leído la novela, por favor absténganse. Revelaré detalles esenciales.

Virtudes de Drácula, el no muerto
  1. La premisa de su trama, sustentada en la posibilidad de supervivencia del protagonista y situada 25 años después de la conclusión de la novela original.
  2. Retomar personajes suprimidos en los manuscritos originales de Bram Stoker, como el Inspector Cotford, en quien puede verse una clara influencia de Arthur Conan Doyle y su creación más perdurable.
  3. Una lectura ágil, en gran medida por las expectativas que el relato puede generar entre los seguidores del texto canónico.
  4. Retomar un personaje emblemático y presentarlo a un público juvenil sin memoria. Edward Cullen –con todo y los suspiros que arranca entre las adolescentes- no es, por mucho, una aportación novedosa a la figura vampírica. ¿Alguien sabe por qué brilla como diamante?
  5. Los eventos no presentados en el texto original, como el flechazo amoroso entre los Harker o el primer encuentro entre Jonathan y Jack Seward. Curiosidad morbosa.
Defectos de Drácula, el no muerto
  1. La adición de Erzebeth Báthory. Si bien Bram dejó entrever el vínculo de su villano con el personaje histórico, la referencia es lo suficientemente ambigua para generar interés y propiciar el misterio. La Condesa Sangrienta es, en esencia, un vampiro atormentado y con sed de venganza por su traumático pasado humano. Personalmente me es poco atractivo el vampiro que lamenta su condición. Como asegura Suzy McKee Charnas, el depredador no puede permitirse el remordimiento ni la melancolía. Dacre Stoker e Ian Holt presentan, con lujo de detalle, la vida mortal de la Báthory y la explican como víctima convertida en victimario. El éxito en Drácula radica en que Bram Stoker nunca lo hizo. No sabemos el origen del vampiro, ni necesitamos saberlo.
  2. El estilo fragmentario de la novela original –conformado por cartas, entradas de diario, narraciones periodísticas y grabaciones fonográficas- se ha diluido en una narración lineal con fuerte influencia cinematográfica –con todo y frecuentes flashbacks-, tal vez por su inminente traslación a la pantalla grande. Concedo que tal vez este recurso no hubiera funcionado nuevamente, pero es innegable que fue parte fundamental del efecto de su predecesora.
  3. La interacción entre la realidad y la ficción. El propio Bram Stoker ocupa un papel importante en el relato. También Hamilton Deane –adaptador de la versión teatral de la novela-. Los dos nunca se conocieron, como demuestran Barbara Belford y J. Gordon Melton en sus eruditas investigaciones. La puesta en escena no se produjo hasta 1924 y Bram murió 12 años antes. La novela se desarrolla meses antes de su deceso, periodo en que su salud física y mental estaban severamente minadas. Muchos pueden apelar a la libertad creativa –que es incuestionable- que nos permite jugar con las situaciones y las épocas. Pero si los autores decidieron anclar su relato en personajes y situaciones históricamente verificables, debieron ser precisos e ingeniosos para que los eventos documentados empataran con la propuesta de ficción. Vicente Quirarte usó la posibilidad de que Bram Stoker se encontrara en París con su amigo Oscar Wilde en sus últimos en El fantasma del Hotel Alsace. Yo mismo conjeturé un encuentro entre los padres de Drácula y Sherlock Holmes en El hombre que fue Drácula. En ambos casos los hechos permitían el juego de la imaginación.
  4. La inclusión del caso de Jack el destripador es forzada e innecesaria. Abraham Van Helsing y su equipo de héroes se convierten, 25 años después, en sospechosos potenciales de los asesinatos. Si bien los autores usan a Frederick Abberline –el personaje histórico que codujo la investigación, retomado por Alan Moore en su novela gráfica Desde el infierno-, el vínculo que establece su ficticio pupilo Cotford entre la decapitación de Lucy y las 5 prostitutas mutiladas por el Destripador haría quedar en ridículo al investigador más torpe. Su método deductivo es cuestionable, por agudo y brillante que parezca en la superficie. Mi experiencia laboral me ha enseñado algo del tema.
Lo anterior es lo que llevo hasta el momento. Bien, ahora que desahogué mi pecho y estropeé la ilusión de muchos, completaré mi lectura. Un experto dijo: “aunque el resultado sea malo, quien triunfa es el vampiro”. Completamente cierto. Me aferraré a ello. Sólo algo más…
¿Alguien quiere que le arruine el desenlace del séptimo libro de Harry Potter?

2 comentarios:

  1. Creo q si el autor originalmente nos dejo en ascuas fue por algo. En eso consiste la riqueza de un texto.

    Al respecto de lo que pones sobre el libro, parece que, como dicen, le quisieron echar mucha crema a los tacos. En fin, no sería la primera vez... y parece que ni la última.

    Jajajaj descuida, Harry Potter me defraudó cuando lo volvieron peliculas (y qué malas), así como Rowling me rompió el corazón el día que mató a Sirius Black...(lo siento, salió el fanatismo adolescente a relucir)

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  2. Hola Roberto
    Aún no empiezo la lectura de este libro y con tus opiniones siempre tan puntuales, ya no me dan ganas de iniciarla :(
    muchos saludos

    un abrazo

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