lunes, 4 de octubre de 2010

Lo que ellas quieren…

Dos distinguidos doctores, uno de la realidad y otro de la ficción (Sigmund Freud y Emmett L. Brown), pensaban que uno de los más grandes misterios de la creación es la mujer. Ésta ha sido fuente de inspiración, pasión (que algunas veces mata), inquietud y angustia para prácticamente todos los hombres. No pude evitar pensar esto el otro día que vi el primer capítulo de la serie de televisión True blood, adaptación de las novelas de Charlaine Harris y generoso obsequio de mi amigo Ricardo Bernal. Particularmente por la protagonista Sookie Stackhouse (Anna Paquin, quien de niña ganó un premio Oscar), joven mesera de un restaurante del pueblo sureño Bon Temps, Louisiana. Inevitable fue compararla con otra popular adolescente de la ficción de vampiros contemporánea, la estrella de la serie Crepúsculo, Isabella “Bella” Swann (Kristen Stewart, la otrora hija de Jodie Foster en La habitación del pánico). Ambas fueron seducidas por el encanto del monstruo, sólo que por razones diametralmente opuestas. A Sookie, quien tiene la capacidad de escuchar los pensamientos de las personas, no sólo le atrae físicamente el vampiro Bill Compton (Stephen Moyer), sino su experiencia (fue convertido en 1865) y su incapacidad para leer la mente del difunto reanimado. Bella también sucumbe ante los encantos del melancólico vampiro Edward Cullen (Robert Pattinson), pero también ante su cuna prominente, su familia (de vampiros) modelo, los lujos que le rodean, su ropa costosa y su flamante automóvil deportivo. Las dos chicas, Sookie y Bella, son residentes (la primera oriunda) de pacíficas comunidades rurales estadounidenses, plenas de carencias culturales y de las comodidades de las grandes urbes, de la pompa y la sofisticación. Los objetos de sus fiebres son hombres jóvenes (aparentemente), agraciados, fríos y las rechazan en un primer encuentro. Representan al chico malo que a muchas jovencitas fascina. Pero para Bella es la proyección de sus aspiraciones, mientras para Sookie su opuesto. Dice la expresión popular (y la Física) que polos opuestos se atraen. Para las dos sus respetivos galanes son un enigma y eso es encantador. Funcionamos por oposición: lo prohibido es lo más deseado. Ahora, por lo que respecta al vampiro, ¿en qué tipo de mujer puede interesarse un individuo –mortal o no muerto- que ha vivido cientos de años, es físicamente hermoso, ha resuelto su vida intelectual y espiritual, ha amasado fortuna material y se encuentra en el pináculo de la cadena alimenticia? Esa posiblemente es una interrogante mayor que la que inspiró éstas líneas. 


7 comentarios:

  1. Lo más interesante, narrativamente hablando, de "True Blood" (en su faceta televisiva; no he tenido el gusto de leer la fuente literaria), radica en la complejidad de sus personajes.Cada uno de ellos está tejido con el más absoluto de los cuidados, tanto en su esfera personal como en la filigrana que son sus relaciones con los demás habitantes de Bon Temps. Además, la sub-trama vampírica (que la acerca mucho a la narrativa de los X-Men en lo que respecta a la lucha de los derechos de los chupasangre y su acomodo en una sociedad que les teme y los desprecia), le añade frescura a un género que ya había caído en la repetición crónica.
    Excelente sugerencia del Bernal, Roberto.
    Saludos

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  2. Wow.... En el caso de las pseudo criaturas nocturnas que se autoproclaman "vampiros",creadas por Stephenie Meyer (que aterrador que suene casi igual que Stephen Moyer, pobre del tipo), la mocosa en cuestión representa lo que una niña que se deja llevar por las hormonas (más que por las neuronas) aspira como todo futuro exitoso: guapo, rico, sensiblemente ñoño... ¿y ya mencione rico?

    Y en qué clase de mujer puede interesarse un vampiro? pues... yo creo que en gustos se rompen géneros; así como hay mujeres que no se interesan por, o se interesan por cada criatura rara por cada bizarra razón, supongo que en ellos ha de ser la misma cosa.

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  3. Bueno, King. Finalmente a todos nos atraen (en mayor o en menor manera), los hijos de la otredad. Es sólo que, quienes tenemos más experiencia en esto de la vida (aunque no mucha, no hay que presumir ni balconearse), sabemos que los seres aparentemente más rudos y zorrones son los más blanditos por dentro, y que los entes más siniestros son, justamente, aquellos que menos lo manifiestan. En otras palabras, que he encontrado más perversidad ataviada en un traje sastre de Suburbia que vestida con cuero y estoperoles.
    Saludos

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  4. A mi me parece, por lo que he visto en varias historias, que algunos vampiros masculinos se interesan en ocasiones por mujeres que les recuerdan de alguna manera a aquellas que les encandilaron en su época de mortales, lo cual a veces es una tragedia porque no se interesan realmente en la chica actual, sino en la ilusión.

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  5. jajaja tipos en traje de Suburbia xD
    ok, me alejaré si me encuentro a alguno

    Los de Liverpool y Palacio de Hierro también cuentan??

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  6. Me gusta mucho la serie True Blood, creo que es una propuesta que enaltece al género vampírico, ya tantas veces manoseado.
    Roberto, como has dicho: cada generación tiene derecho a reinventar los mitos pero Stephenie Meyer ha depreciado el lugar que éstos tenían en la literatura y el cine, vendiendo una imagen light y fresa, propia de estos tiempos -que no propia para todas las personas-. Sin embargo, algo que le reconozco es que interesó a las nuevas generaciones e incluso a otras tantas no tan nuevas, en la figura del vampiro.
    Creo que True Blood, es un buen ejemplo de que los vampiros aún tiene mucho que decir.
    Respecto a la pregunta final, creo que el ser humano es tan complejo, y me atrevo a creer que los no-muertos, con lo que les pueda quedar de su experiencia humana, lo son también, que dificilmente se podría especular sobre el tipo de mujer que les llegara a interesar.
    Parte fundamental de lo que dices radica en que funcionamos por oposición y sí, concuerdo contigo: lo prohibido es lo más deseado.
    muchos saludos :)

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  7. Sus comentarios sólo me confirman cuánto rechazamos a los vampiros de la señora Meyer. Lo cierto es que True blood es una serie inteligente y respetuosa que asegura la supervivencia del monstruo. Gracias por sus aportaciones. Lo mejor fueron los trajes de Suburbia. ¡Saludos!

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