jueves, 3 de noviembre de 2011

Los verdaderos cazafantasmas

Saber qué existe después de la muerte es una de las principales inquietudes de la raza humana. Han tratado de responder esta interrogante personas de las más variadas disciplinas, en todos los países, en todas las épocas. En la nuestra se han vuelto muy populares los llamados cazafantasmas, personas que han ocupado numerosos espacios en los medios de comunicación, publicado incontables libros y aparecido en igual número de programas televisivos, incluso en los dedicados a los espectáculos y “chismes” de los famosos. Sobra decir que la gran mayoría son charlatanes que investigan un fenómeno sin ningún rigor científico. Porque abordar un tema así, susceptible de la desconfianza, exige el rigor que ofrecen las ciencias exactas. Estos intrépidos personajes sólo se limitan a recorrer cementerios o casas abandonadas con una cámara con visión nocturna, haciendo evidente –a través de todo tipo de gemidos- su sobresalto en la búsqueda de lo desconocido.
Los cazafantasmas son precisamente los protagonistas de la ópera prima del joven cineasta español Carles Torrens, discípulo de su compatriota Rodrigo Cortés, a quien debemos Sepultado (2010), espléndido ejercicio de cinematografía en una sola locación –un ataúd-. Pero esa es otra historia. Carles presentó en el pasado Festival Mórbido su largometraje Emergo (2011), cinta que en un primer acercamiento rinde tributo a uno de los gimmics que popularizó William Castle en la década de los 50. La cinta se presentó en la pasada emisión del Festival de Sitges, donde fue tratada de forma desigual por críticos y la audiencia. Aquí en México fue electa como la favorita de los espectadores de Mórbido, lo que valió a su realizador el Golden Skull del festival. Y es por algo.
Con pesimismo evidente, mi querido Bernardo Esquinca dice –en labios de su personaje Casasola en su novela La Octava plaga (Ficción Zeta, 2011)- “todas las historias posibles ya están contadas; la gran condena de los literatos es que no pueden ser originales, por más que se lo propongan”. Si la intención no es innovar –en el cine de horror- la gracia de una propuesta radica en utilizar bien los elementos acotados. Así sucede en el caso de Emergo. Nos encontramos ante una historia de fantasmas, correctamente realizada sin mayores pretensiones que asustar a su audiencia. Lo logra sobradamente, hay que precisar. Su cercanía a otras películas como El proyecto de la Bruja de Blair (Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, 1999), Cloverfield (Matthew Reeves, 2008) y tantas otras le han merecido juicios injustos. La referencia más notable que suelen citar los detractores de Torrens es Actividad paranormal (Oren Peli, 2007), cinta que no acaba de convencerme por razones que he platicado en el pasado. En este caso –el de Emergo- no nos encontramos ante lo grabado por una pareja de yuppies, ni con un “video localizado” entre las pertenencias de alguien desaparecido, sino con el documento de un grupo de parapsicólogos, quienes descartan todo tipo de causas antes de aceptar la existencia de lo fantasmal. Emergo, a partir de un guión del propio Cortés, sigue pues las andanzas de tres parapsicólogos ante el llamado de auxilio de un viudo en cuyo hogar suceden todo tipo de fenómenos aterradores. Los investigadores usan la más variada tecnología –desde detectores de movimiento, sensores infrarrojos, luces estroboscópicas, termómetros, un aparato pixeleado y un larguísimo etcétera- y la acción está documentada con múltiples formas de videograbación. He ahí uno de sus aciertos. Luego están los rostros desconocidos de su reparto. Torrens reveló que Jeffrey Combs –estrella de Re-animator y actor fundamental del género- fue considerado para participar en la cinta. Esto hubiera sido emblemático, pero fue un beneficio sin duda alguna. El que no reconozcamos a los personajes otorga verosimilitud a un relato que puede ambientarse en cualquier lugar. No olvidemos parlamentos memorables: “huir de un fantasma es una gran descortesía, pues les cuesta muchísimo trabajo materializarse”. Al final, la presencia de lo extraño hace evidente la disfuncionalidad de una familia. Ahí reside justamente uno de los principales horrores que causa la cinta. Los momentos de genuino sobresalto, si bien se pueden anticipar, son estremecedores y efectivos. Me precio de no ser un novato en el tema, pero la película consiguió asustarme.
Emergo tendrá distribución comercial en nuestro país al inicio de 2012. Yo auguro a Torrens la mejor respuesta del público y en definitiva espero ver su siguiente proyecto, porque estoy seguro que no hemos visto su mejor trabajo.

2 comentarios:

  1. Personalmente amo el proyecto de la Bruja de Blair, y siempre he sentido interes por la parapsicología, en especial por los programas de personas que investigan fenómenos paranormales....

    Definitivamente quiero ver esta película!!!

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  2. No te arrepentirás de verla, King. Un abrazo fantasmal.

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