lunes, 13 de junio de 2011

La última (de mutantes) y nos vamos.

El buen sabor de boca persiste luego de ver Hombres X: primera generación (Matthew Vaughn, 2011). El pasado viernes 3 de julio, en la sección Primera Fila del diario Reforma, mi buen amigo Rafael Aviña escribió esto sobre la cinta en su fin de semana de estreno. Como él es un gran admirador y conocedor de estos personajes, y porque las circunstancias lo ameritan, transcribo su opinión autorizada. El crítico le otorgó tres estrellas y media, bien merecidas. Porque el drama básico de los mutantes creados por Stan Lee y Jack Kirby está más vigente que nunca. Así que me corrijo. Parece que no es la última vez que hablaré de ellos.
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Mutantes en ciernes
Rafael Aviña

En el entorno de las protestas juveniles, la psicodelia, la experimentación con las drogas y el amor libre de la década de los 60, surge el emblemático nombre de Stan Lee al frente de la Marvel Comics.
Él concebiría, con la ayuda de dibujantes como Jack Kirby y Steve Ditko, a personajes de la talla de los Cuatro Fantásticos, Hulk, el Hombre Araña y los Hombres X, entre muchos otros.
Un momento histórico que se entreteje a su vez con la paranoia de la Guerra Fría, la fallida invasión a Cuba y la Crisis de los Misiles durante el gobierno de John F. Kennedy y el rechazo a lo otro, que es justo el contexto en el que se desarrolla X-Men: Primera generación (EU, 2011), dirigida por el británico Matthew Vaughn.
Luego de una impecable secuencia inicial que encabalga la infancia y destino de los principales protagonistas: Erik Lensherr, prisionero de un campo de concentración en Polonia durante la Segunda Guerra Mundial y del solitario niño Charles Xavier en su mansión neoyorkina, futuro instituto para jóvenes superdotados, arranca la trama de las mocedades del Profesor X, el telépata más poderoso del mundo y Magneto, su amigo, colega y posterior rival, cuyos poderes extraordinarios son motivados por ese punto en el que coincide la ira y la serenidad.
Sobreviviente del holocausto nazi, obsesionado por la causa mutante como raza superior y por tomar venganza contra el perverso Sebastian Shaw (Kevin Bacon, notable), capaz de absorber toda la energía cinética que se produce, Erik (Fassbender) se une al Profesor Xavier (McAvoy) y a otros reclutas como Mystique, Bestia o Banshee, para sepultar las intenciones del villano.
Shaw busca desestabilizar al mundo en medio del caos bélico entre las superpotencias, con ayuda de seguidores como Azazel, demonio teletransportador, y Emma Frost (January Jones), telépata que puede convertir su cuerpo en diamante.
Apoyado de una poderosa banda sonora de Henry Jackman, efectos visuales de gran altura y una trama atractiva con un ritmo ágil y vertiginoso, el talentoso Matthew Vaughn, responsable de Kick Ass (2010), concibe un intenso, entretenido y eficiente retrato juvenil de los X-Men y los inútiles intentos de reconciliar al freak y al mutante con una sociedad excluyente y cargada de prejuicios.

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